Cuatro de cada diez investigadores de la Universidad tienen un contrato precario

A. Calvo/A. G. Puente | León

Al borde del límite de la precariedad. Así se encuentran los investigadores de la Universidad de León, donde el colectivo está integrado por un millar de personas, de las que 384 tienen un contrato temporal, es decir, el 38%. Este porcentaje sitúa a la ULE sólo dos puntos por debajo del índice de personal eventual en este ámbito, fijado en el 40%. Únicamente los dos campus de León se encuentran por debajo del ratio legal de las universidades públicas de la Comunidad, mientras que en el caso de Salamanca alcanza el 51%, Burgos el 52% y Valladolid el 46%.

El Informe sobre la gestión de la investigación de las universidades de Castilla y León desvelado ayer por el Consejo de Cuentas alerta sobre «la precariedad» de este colectivo en el ámbito autonómico. El documento refleja que «la confusa» configuración de la carrera administrativa afecta a la «precariedad del personal docente e investigador, que ha de recorrer una amplia trayectoria de figuras contractuales temporales antes de poder acceder a una contratación estable».

Otra de las protagonistas de esta precariedad al alza es la atomización de los departamentos y su excesivo número. En el caso de la Universidad de León, cuenta con 122 grupos de investigación divididos por áreas de conocimiento: 16 de Artes y Humanidades, 30 de Ciencias Sociales y Jurídicas, 23 de Ciencias, otras 31 de Ciencias de la Salud y 22 de Ingeniería y Arquitectura.

La precariedad redunda también en el empeoramiento o estancamiento en la producción científica en el ránking nacional en el periodo 2011/2015 y su comparación con el comprendido entre 2009/2013 en el ámbito universitario público de la Comunidad. En el caso de León, también pudo ‘salvar’ los muebles en esta estadística durante la etapa analizada por el Consejo de Cuentas y sumó estos cinco años un total de 2.492 publicaciones, un 16% más, un ratio que consiguió mantener a la ULE en el puesto 44. Sin embargo, la universidades de Salamanca y Valladolid bajaron varios escalones en esta lista.

El informe también refleja los ingresos por investigaciones de la ULE durante el periodo analizado. Rubricó 380 contratos y la cuantía sobrepasó los 2,3 millones de euros, de los que el 88% procedieron de la financiación privada (dos millones), la administración local aportó casi 72.000 euros, la autonómica algo más de 47.500 y la estatal 186.000 euros.

Patentes

En cuanto a las patentes, los campus públicos de la Comunidad han visto aumentar su número durante este periodo, tanto el de las nacionales como las internacionales. La Universidad de León contabilizó únicamente cinco en el caso de las patentes de explotación.

La institución académica leonesa cuenta con una planificación estratégica aprobada en 2013, que recoge dos planes de actuación de la investigación: los relacionados con actividades de I+D+i y los asociados a la formación doctoral. Los dos planes se desglosan en objetivos asociados a indicadores, «pero estos indicadores no están cuantificados ni asociados a un horizonte temporal, luego su seguimiento presenta el problema de la falta de término de comparación».