El Grano levanta otra polvareda
Las fuertes lluvias arrastran la arena aún sin asentar de la plaza El arquitecto explica que el mantenimiento exige baldear, dejar que pose, barrer y quitar lo que quede en las canales.
La arena se acumula en las canales de la plaza del Grano por las que se evacúa el agua cuando llueve. FERNANDO OTERO
álvaro caballero | león
La plaza del Grano «se hace con el uso», como explica el arquitecto responsable del proyecto de recuperación, Ramón Cañas Aparicio, para atender a las críticas surgidas en los últimos días, después de que las tormentas provocaran la acumulación de arena y alimentaran los chistes sobre la nueva playa urbana de León. «No es una solera de hormigón, que se seca y ya está», como incide el profesional, quien abunda en que el suelo necesita «un proceso de curado para que coja más sustrato y se apelmace». La imagen actual, sentencia, se debe a que «antes de abrirse se dejó bastante cubierta para que fuera asentando y las escorrentías del agua han hecho que con el arrastre se acumule arena sobre todo en las espinas». «Ahora, hace falta que se realice un baldeo somero, se deje asentar un poco y, por último, se barra para repartirlo por el terreno y se recoja lo que quede en las canales, sobre todo en las principales», detalla el autor de los planos que se han seguido para la intervención.
Los apuntes forman parte del documento «para el mantenimiento de la plaza» que entregará en los próximos días al Ayuntamiento de León, a pesar de que las pautas a seguir ya quedaban reseñadas en la memoria del proyecto. Cañas Aparicio señala que desde que se reabrió la plaza tras la obra, el 17 de julio, «nadie se ha atrevido a tocar la plaza por miedo, ni siquiera los barrenderos», aunque sí que ha habido hosteleros que han atendido los consejos dados para que «limpiaran lo que hubiera podido caer, regaran un poco su zona, dejaran que posara y luego barrieran». Pese a estas atenciones, «las grandes tormentas han hecho que los arrastres sean más abundantes y que las arenas más finas se depositaran en el terreno para asentar, pero las más gruesas y las piedrecillas se hayan acumulado en los canales».
Cañas Aparicio insiste en que es «lo normal» e incluso porfía en que la fuerza de arrastre se debe a que «se ha sido tan ortodoxo con la estructura tradicional de evacuación del agua», que se había perdido por el abandono anterior y ocasionaba la aparición de charcos. La solución pasa por «barrerlo, mantenerlo y atenderlo», como repite el arquitecto autor del proyecto, quien apostilla que «esto demuestra que es tierra lo que se utilizó», en referencia a las críticas que aventuraron al comienzo de las obras que se utilizaría cemento.
El suelo «se irá apelmazando con el tiempo para tener más consistencia», concede el profesional leonés, quien avisa de que «el curado llevará más o menos un año en el que habrá que hacer dos recebados más con la arena de la plaza que se seleccionó y tiene guardada la empresa». «Entonces, se atenderá a si se han generado oquedades por la separación de los cantos rodados y, en su caso, se procederá a la reposición», adelanta Cañas Aparicio, quien insiste en que «el uso hace la plaza del Grano», pero advierte de que «se necesita un mantenimiento».