El andamiaje de San Pelayo se quita tras 14 años de pugna administrativa

Sin necesidad siquiera de modificar el nivel de protección arquitectónica, como se había previsto en un principio, el andamiaje de la fachada del número 8 de la plaza de San Pelayo empezó a desaparecer ayer. Catorce años después de que un incendio dejara el caserón apenas sujeto por la pared principal, la pugna abierta entre la administración municipal y el propietario del solar se resuelve de manera pactada con una declaración de ruina inminente y la asunción de los gastos por parte del dueño de la parcela, que en 2004 se opuso a que se colocaran y hace 5 años pidió de nuevo la retirada sin hallar respuesta. La actuación, gestionada en apenas un mes, permite salvar los obstáculos administrativos que habían convertido las estructuras metálicas y de hormigón en un elemento del mobiliario urbano pese a las críticas reiteradas de los vecinos de este enclave, en el que se hallan los restos arqueológicos más antiguos de la ciudad de León.

La declaración de ruina hace que se haya podido derribar la fachada hasta la altura del bajo, lo que posibilita que el solar quede cerrado y que, a su vez, se elimine el peligro de derrumbe del primer piso. Esta parte era la más dañada, de acuerdo al informe de los técnicos municipales, que certificaron que era de menor grosor que a la altura de calle. Apenas contaba con una hoja de ladrillo, un pequeño revestimiento de adobe y un zuncho de madera, que estaba muy afectado por los xilófagos, por lo cual podía caer en cualquier momento sobre la plaza, justo al lado de las Teresianas. Ayer, se demolió un primer paño; hoy, seguirán con cautela para recuperar los balcones.

La demolición del primer piso de la fachada se rematará después de Navidad con la eliminación del mazacote de hormigón y la parte de la estructura metálica que queda en la plaza de San Pelayo. Los técnicos han preferido que sea la empresa que la colocó hace 14 años la que retire estos apeos que invaden el espacio público y que pagaron a medias entre el propietario y el consistorio.

La liberación completa de los andamios dejará tan sólo a la vista el murete de planta baja, cerrado por arriba para evitar que la humedad lo deteriore. Dentro quedarán los restos del Praetorium, la residencia del pretor del campamento romano de la Legio VII. Su recuperación depende del acuerdo con el propietario, que pretendía promover la construcción de 13 pisos, locales comerciales y garajes. No hay avance por ahora. Ni tampoco con la propiedad de los Principia. Dos gestiones ineludibles para cumplir la promesa de musealizar el entorno hecha por el equipo de gobierno del Ayuntamiento de León.