Diario de León

Fiestas populares

Eterno empate entre el Ayuntamiento de León y el Cabildo de San Isidoro en la ceremonia de ‘Las Cabezadas’

El tradicional enfrentamiento 'dialéctico' enfrentó al concejal de Fiestas, Pedro Llamas, y al capitular José Luis Olivares

Publicado por
MIRIAM BADIOLA
León

Creado:

Actualizado:

“Hoy, en este acto que se celebra en el atrio porque el claustro interior está en obras, tiene usted la oportunidad única de reconocer que el pueblo de León acude libre a hacer, como cada año, la ofrenda”. Con estas palabra comenzó hoy el debate dialéctico que tradicionalmente enfrenta a los representantes municipales con el Cabildo Isidoriano y que finalizó de nuevo en tablas, al no haber llegado a un acuerdo sobre la voluntariedad o no con la que el pueblo homenajea cada año a San Isidoro con la entrega de un cirio de una arroba bien cumplida y dos hachones de cera.

Conretamente 861 años después del hecho que dio origen a este singular enfrentamiento, la corporación del Ayuntamiento de León y Cabildo de San Isidoro, representados por el concejal de Fiestas, Pedro Llamas, y el capitular José Luis Olivares, respectivamente, celebraron este primer domingo de mayo la tradición de ‘Las Cabezadas’, ya que a pesar de que la tradición manda que sea el último de abril, fue trasladado de fecha debido a las elecciones generales.

La corporación desfiló en procesión desde el Ayuntamiento de San Marcelo y hasta la Real Colegiata de San Isidoro, donde esperaban los miembros del Cabildo y de la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro, que recibieron a los representantes municipales en una jornada nublada y con temperaturas frías a primera hora del día que, a medida que avanzaba la celebración, iban templando al tiempo que el cielo se abría.

El enfrentamiento dialéctico tuvo lugar este año entre concejal de fiestas Pedro Llamas, como síndico municipal y el capitular de la Real Colegiata de San Isidoro, José Luis Olivares, que protagonizaron en el atrio del templo y ante numeroso público un dinámico debate argumental en el que en una primera intervención, Pedro Llamas, recordó que los hechos conmemorados cada año con la celebración de ‘Las Cabezadas’ se remontan al año 1158, cuando los leoneses decidieron sacar en procesión los restos de San Isidoro como rogativa de lluvias, pero en Trobajo del Camino comenzó a llover de tal forma que quienes portaban al Santo no pudieron con él y tuvieron que dejarlo en el suelo. Entonces, la reina Doña Sancha permaneció tres días y tres noches orando y en ayuno, hasta que aparecieron cuatro niños que consiguieron portar de nuevo al Santo y devolverle a su templo leonés, por lo que se ofrecieron un cirio y dos hachas de vela ante lo que “solo pudo ser una intervención divina”.

Sin embargo, “ahora el Ayuntamiento de León puede presumir de tener un concejal que puede ser Santo, porque desde que está Fernando Salguero, los pantanos están llenos y los campos verdes”, apuntó Llamas, que aseguró que su adversario le recordaba a Forest Gump porque “los curas son como los bombones, cuando lo abres no sabes lo que te va a salir”.

Llamas echó en cara a Olivares la existencia de una cuba de más de 1.000 años de antigüedad en San Isidoro, “de la que todos los años sacan un poco y no lo dan a probar” y que “debería convertirse en la tercera Denominación de Origen de la ciudad”. Con la entrega de un bastón a modo de regalo y el ofrecimiento de un pacto por el que el Cabildo se acerque a primeros de marzo al Consistorio de San Marcelo para “rogar a Fernando Salguero para que llueva”, Pedro Llamas pidió al capitular que aceptara que “el pueblo acude voluntariamente a hacer la ofrenda”.

Sin embargo, José Luis Olivares se negó a acepar esta afirmación en una lucha dialéctica que comparó con la de David y Goliat, durante la que llamó a la reflexión para “pensar que el tiempo que se está viviendo es muy oportuno y hay que aceptarlo” ante “un proceso de elecciones que supone un proceso de esperanza con nuevos tiempos” en el que “pase lo que pase hay que comprender la ayuda mutua y hacer que realmente valga la pena”.

“No va a haber aquí hoy ni guerra ni bastonazos”, señaló Olivares, para puntualizarle a Llamas que “no hace falta pensar en pantanos o en rezar, porque ahora se pone uno delante del ordenador o abre el móvil y descubre cuáles son los días propicios”.

El capitular puntualizó que “tener conciencia es el precio de la moralidad y tener moralidad el precio de la civilización, que normalmente condena a las circunstancias que se viven”, y le apuntó al síndico municipal que “su bastón sirve para lo que sirve, utilizarlo en ocasiones como estas”, mientras que el suyo propio “es más humilde y también más servicial”.

“Este cirio, que regaláis con obligación, lo dejáis en San Isidoro par que sirva para que todos los días os represente y os recordemos”, concluyó. Así, Como es costumbre, y ante numeroso público y una nutrida representación institucional y militar, la batalla acabó en un empate, aplaudido por los presentes, que se adivina eterno.

 

 

tracking