Los médicos temieron por la vida de una de las víctimas
La curiosa mecánica que sigue la Guardia Civil para dar nombre a sus operaciones bautizó como ‘Operación Black’ al caso, debido a lo intrincado y complejo de los primeros pasos que se dieron a la hora de analizar las denuncias iniciales y la posterior deriva que fueron tomando los acontecimientos.
Tras la detención y puesta a disposición judicial de la investigada, la magistrada decretó su ingreso en prisión preventiva. Se le imputó el envenenamiento con escopolamina/burundanga de siete víctimas, dos de ellas intoxicadas en dos ocasiones. Todas ellas tuvieron que ser ingresadas en el Complejo Asistencial Universitari de León, tres en estado grave, habiéndose temido por la vida de una de ellas. El montante total sustraído durante estos hechos asciende a más de 41.000 euros.
Como resultado de varias manifestaciones, se conocieron los casos de cuatro personas que habían ingresado en diversas fechas en el Centro Hospitalario de León presentando síntomas similares (midriasis arreactiva, sequedad bucal, dificultad de coordinar movimientos y habla, disminución de la consciencia y lo más importante, cierto nivel de amnesia), y que además habían notado la desaparición durante el episodio de una cantidad de dinero.
El desarrollo de la investigación se precipitó cuando, a comienzos de enero de 2019 ingresó en el Hospital una amiga de la investigada a la que le faltaban en su cuenta 1.400 euros.