Defensa
El Ejército admite ahora el traslado del Grosa, pero «no será inminente»
En julio de 2020 saltó la alarma sobre el posible trasvase de la unidad de RPAS a La Rioja
Uno de los Searcher con los que opera el Grosa. RAMIRO
El Grosa permanece replegado en Conde de Gazola, desde que el pasado jueves abandonara definitivamente el hangar que ocupase en 2018 en el Aeródromo Militar de León. Este movimiento, que ha dejado a los RPAS de esta puntera unidad sin pista para sus operaciones de vuelo, ha querido ser precisado por el Ejército de Tierra, máxime cuando hace dos veranos saltase la alarma del traslado del batallón a Agoncillo, en La Rioja. «El posible traslado de esta unidad en ningún caso va a ser inminente», apuntó ayer el Ejército de Tierra, para añadir que actualmente «se está en una fase de planeamiento en el que este posible traslado se enmarca en el proyecto permanente de conseguir la mayor eficacia y rendimiento de las unidades que componen el ejército de Tierra todo ello con el fin último de prestar el mejor servicio a España y a los españoles».
El posible traslado del Grosa se avanzó en julio de 2020. El Ejército de Tierra estudiaba el llevarse a esta unidad, vinculada al Regimiento de Inteligencia a Agoncillo, amparándose en «cuestiones operativas». La alerta se enmarcaba en el fin del acuerdo entre Tierra y Aire por el que el Grosa podía ocupar uno de los hangares del Aeródromo Militar de León para poder utilizar también la pista del aeropuerto. Las características del Searcher, el RPAS con el que opera la unidad, exigen una pista asfaltada de al menos un kilómetro de distancia y, por este motivo, se construyó expresamente un camino asfaltado que comunicaba el hangar con la pista, ya que La Virgen del Camino iba a ser la «ubicación definitiva», tras pasar por el aeródromo de Pajares de los Oteros, como sede «transitoria».
El acuerdo concluyó el pasado jueves, 30 de septiembre, y desde entonces, los Searcher, junto con las estaciones de control y todo el equipo de esta unidad permanece en los almacenes y hangares con los que cuenta el Ejército de Tierra en Conde de Gazola.
A pesar de esta situación, en el comunicado remitido por Defensa señalan que el Grosa «desplegará periódicamente sus medios en aeródromos desde los que actualmente tiene habilitada su operación, en diferentes campañas de vuelo dentro del marco propio de sus acciones de instrucción y adiestramiento con el objeto de mantener las capacidades operativas». Después, la unidad «regresará a su base leonesa una vez finalizadas las mismas». Para mantener su capacidad operativa es preciso, además, que los RPAS realicen determinadas horas de vuelo.
«El traslado, de producirse, no tendrá carácter inminente y dependerá de circunstancias complejas que implicará a muchos actores y condicionantes para su materialización», incidieron ayer en el comunicado remitido desde el Mando de Artillería de Campaña.
El Grosa, que nació en octubre 2015 como la primera unidad del Ejército de Tierra en el que los drones estaban al servicio de la inteligencia militar, está integrada por cerca de 150 militares, aunque su plantilla se ha visto mermada desde que se anunció el posible traslado porque su personal ha ido solicitado el cambio a otras unidades.