Comentario desde Wales: «Perfecto, ya es lo que faltaba, que empiecen a cerrar a las once, como aquí»

«Última portada del decano Diario de León: Definitivamente, la provincia de león queda como paso inevitable para Asturias y Galicia, aunque se plantea su enterramiento». Roberto Wrexham remite su opinión desde Wales, en Inglaterra: «Perfecto, ya es lo que faltaba, que empiecen a cerrar los pubs a las once, como hacen aquí. Es la solución perfecta. No hay problemas con la violencia, la gente bebe menos y encima salen todos a la calle a la misma hora derechitos para sus casas. Idílico. Señor alcalde, le invito unos días a mi casa para que vea las excelencias de lo que propone. Para algo que da tirón y vida a la ciudad...». Julián titula su comenario Bla, bla, bla. «No es viable seguir discutiendo por algo que no va a ningún lado. Las quejas, la mayoría infundadas, de los residentes del Barrio Húmedo no creo que importen a una mayoría de ciudadanos que disfrutan de las copas o el tapeo en el barrio. ¿Es que cerrando a las cinco van a descansar más que cerrando a las siete? No tiene sentido. El traslado de pubs a la periferia puede ser algo complementario, nunca sustitutivo». Antonio, desde Pamplona: «Nosotros los leoneses, como tanta gente de otros lados, si seguimos promocionando aún más lo que yo llamo la cultura del bar, apañados vamos. ¡Qué país!». Marcos dice que hay demasiados bares en el Humedo, que no sólo los bares generan molestias, que quienes lo hacen son los chiquitos que gritan en la calle, mean por las esquinas, queman contenedores, arremeten contra las cabinas telefónicas, apalean barrenderos y destruyen el mobiliario. «Posiblemente los bares y el horario de cierre sea un problema, pero la educación de nuestros jovenes sea otro aún mayor». A Natalia le hace mucha gracia que «ahora se promueva el comercio hostelero, cuando se han hecho fuertes inversiones en locales que ahora se quieren cerrar». «Yo no soy empresaria, pero trabajo de noche y a mí nadie me respeta cuando intento dormir porque como ya es de día la música del vecino está alta, los niños corriendo por las escaleras y hasta tengo una obra enfrente de mi ventana». María subraya desde Madrid que «el Húmedo es después de la Catedral (o antes) lo único que sale en la tele sobre León. La gente seguirá yendo al Húmedo en cualquier caso, así que quizá lo que pretendan es que se abran más lugares de ocio. Que funcinen o no dependerá de que la gente vaya o no, pero en ningún caso se conseguirá que a los que nos gusta el bullicio del Húmedo vayamos a otros barrios para tomarnos unos vinos en solitario». «Ustedes están planteando una pregunta dando por hecho que el Húmedo está congestionado, pero ¿de dónde se sacan ustedes eso?. ¿Congestionado en base a qué?. El número de bares lo regula la oferta y la demanda de forma implacable», opina un hostelero. Otro hostelero propone: «¿Por qué no ofrecen dinero a quien deje la actividad, como se hace con otras empresas o trabajadores, seguro que más de un bar aceptaría?». Siguen los comentarios de los hosteleros: «Bares del Húmedo necesitan abogados que nos defiendan ante los ab..., periodistas que de vez en cuando digan cosas como que a León acudieron 1.000 visitantes este sábado noche y se fueron encantados, notarios que levanten actas de que no somos todos iguales ante la..., banqueros que nos perdonen las deudas y, lo más importante, un grupo político que tenga los pies en la tierra. Para camareros y cocineros no me queda nada, ayer me sobraron dos y mañana tal vez me sobren todos». Óscar también plantea su solución: «Cómo podemos dejar que sean los políticos quienes decidan el futuro de León. Lo único que de momento han demostrado es que desde el punto de vista empresarial son cuando menos unos ineptos. El Ayuntamiento de León debe miles de millones de pesetas, que tendrán que salir de nuestros bolsillos; han vendido propiedades de todos los leoneses y se han pulido el dinero (cómo es posible que todavía se deba parte de las obras del estadio; qué pasó con el dinero obtenido por la venta de terrenos del anterior). Yo propongo una solución al problema del Barrio Húmedo. El problema parece ser el descanso de los vecinos, porque lo de saturación a no ser que decidamos convertir León en una comuna soviética debe regularlo naturalmente el mercado y parece ser que lo ha hecho bastante bien a juzgar por el numero de empresas y puestos de trabajo que se han creado. Pues bien, que se potencie en la zona el uso para oficinas de las viviendas. Consiguiendo esto, los días de diario se incrementaría la demanda de servicios a las empresas de hostelería, lo que implicaría la creación de nuevos puestos de trabajo y el aprovechamiento de los recuros existentes y, durante las noches y fines de semana, no se molestaría a nadie puesto que son horarios fuera de trabajo de oficina. El entorno para oficinas es estupendo: bancos y comercios cerca, la Diputación, el Ayuntamiento. Por otra parte se diversificaría la monotonía del sector empresarial predominante en la zona y se compaginaría con el establecimiento de otros negocios. Mañana pensaré por ustedes, señores políticos, otra solución». Javi, desde Weimar (Alemania), opina: «Esto es una excusa para que los vecinos puedan vivir en paz. Lo que pasa es que para esto hay otras soluciones, pero quizás más complejas. Y si no, ¿por qué no se descongestiona de tiendas la zona de Ordoño?». Otro hostelero que titula su opinión No a los horarios de cierre no está de acuerdo con la aplicacion de los horarios de cierre. «Es verdad que también hay que respetar el derecho de los vecinos de este barrio a tener tranquilidad y paz por la noche, pero ante todo hay que establecer unas prioridades y para mí la primera es dejar el Húmedo como zona de marcha». Juan, de León, pide compatibilizar derechos: «Yo no creo que sea una mala solución, ya que tanto los residentes del casco antiguo como los que quieren salir a tomar algo tienen sus derechos. Ésta sería una buena forma de compatibilizarlos. Además, la práctica demuestra que en las zonas donde hay pubs no se pueden desarrollar otros comercios y se convierten en zonas muertas de día».