El leonés que casa a los gallegos

Con el gancho de los versos de León Felipe y las canciones de Manuel Alejandro, el concejal Jesús Javier Celemín Santos, conocido como Chero, se ha convertido en el maestro de ceremonias preferido por los gallegos que eligen una boda civil. No es para menos, este profesor leonés acogido con los brazos abiertos por los coruñeses desde hace años, desarrolla tal simpatía y afecto sobre las tablas del Palacio de María Pita que se ha erigido en el edil predilecto de A Coruña para oficiar los casamientos.

Más de trescientas bodas lo acreditan. Celemín es desde 2019 el cuarto teniente «de alcaldesa» y responsable de las carteras de Educación, Memoria Histórica, Innovación, Industria y Empleo del Concello da Coruña. Cerró 2021 como maestro de ceremonias singular en el Ayuntamiento con 60 enlaces a sus espaldas en un año complicadísimo por el covid y repitió como preferido por las parejas al superar en un 215% a las dos concejalas con mayor actividad en bodas civiles, María García y Eva Martínez Acón, que efectuaron 19 cada una.

«Intento que estén muy a gusto», admite Chero Celemín, porque es un momento «muy emocionante para la pareja y hay que tratar de que sea un acto entrañable». Para ello les recibe en un salón y charla con ellos para conocer sus preferencias antes de pasar a la ceremonia. Además de darles la bienvenida en nombre de la alcaldesa, les pregunta si quieren celebrar la boda leyendo los artículos en español o en gallego. Recita versos o la letra de alguna canción y, a veces, «no siempre, cojo la guitarra y canto alguna canción si me lo permiten».

De oficio, a la entrada, cuando los novios se colocan los anillos y cuando se termina la boda, el Concello pone música, pero él añade su punto poético y musical si la pareja se presta a ello. Su pertenencia al Coro de la Orquesta Sinfónica de Galicia desde que se fundó en 1998 también ayuda a la entonación.

Como el entorno, el edificio es romántico y modernista. Ofrece un peculiar salón de plenos donde cuatro mujeres sobre una vidriera vigilan cada latido de la ciudad. La presencia de Rosalía de Castro, María Pita, Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán en el techo de la estancia donde se celebran las bodas civiles la hacen única. Cierto es que Hércules y Xerión las acompañan, pero no dejan de ser seres mitológicos en un habitáculo con suelo de ébano y caoba sobre el que se erige la historia de A Coruña.

En el medio, se planta la mesa presidencial, con tres piedras de granito. Dos fueron extraídas del castro de Elviña y la tercera procede de la punta donde se asienta la Torre de Hércules. El edil Chero Celemín ofició el 26,6% de los casamientos totales del Ayuntamiento gallego, que en este mandato siguen siendo gratuitos. Reconoce que también «suelo leerles la letra de una canción según la impresión de los contrayentes: su edad y lugar de origen». Junto con León Felipe y Manuel Alejandro, los autores a los que más recurre son Serrat, Juan Luis Guerra, Osvaldo Farrés e Isolina Carrillo. Insiste en que «lo más importante» es que la pareja «se sienta cómoda y disfrute de la ceremonia porque es un momento único». Entre las curiosidades del año, además de las múltiples reprogramaciones y cancelaciones debido al covid (38), se encuentran episodios como la entrega de anillos con un perro, el intercambio de dos relojes en lugar de alianzas o la madre de una contrayente que no portaba mascarilla por prescripción médica y tuvo que presentar la documentación. Se efectuaron dos ceremonias con traductor de lengua inglesa y otra con intérprete de lengua de signos.

El alter ego de Celemín en el Ayuntamiento de León podría ser el concejal de Deportes, Movilidad, Régimen Interior, Comercio y Consumo, Vicente Canuria, que es el edil que más bodas civiles suele oficiar, unas 40 al año, reconoce. En el caso de Canuria, ha recurrido en su dialéctica a Pablo Neruda.

En la Diócesis de León, más de 100 bodas religiosas se quedaron en el aire por la irrupción del covid. En la parte civil, el Registro de los juzgados, el Ayuntamiento de León y los del área metropolitana tampoco organizaron los actos para 70 novios. Desde que se celebran enlaces civiles en la provincia se han registrado anécdotas curiosas, como la ocurrida en 2017, cuando una pareja española recorrió medio mundo, desde Harbin (la Ciudad del Hielo china) a Villaquilambre, para celebrar su enlace civil en el Ayuntamiento. El amor traspasa fronteras, y en el caso de la leonesa Paula Baños y el vasco Jon Romero tuvo que traspasar varias. Ambos expertos en aeronáutica, de 31 años, decidieron cruzar medio planeta desde donde trabajaban hasta el alfoz leonés para casarse.

Su unión consta en el registro como la boda civil número cuatrocientos celebrada en el Ayuntamiento de Villaquilambre en las últimas tres décadas, ya que las inició en 1995. El propio alcalde, Manuel García, fue el encargado de bendecir a la pareja. El regidor añadió a la necesaria lectura de los artículos legales un poema para hacer más cálida la boda civil.