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Entrevista a Javier Vega, presidente de la Cámara

«Si para captar proyectos como la Agencia Espacial hay que salir con pancartas, que cuenten conmigo»

Con la convicción de que se puede hacer mucho más por León pero sin caer en el derrotismo, el recién reelegido presidente de la Cámara de Comercio confía en un tejido empresarial saneado para superar la actual crisis, aunque advierte de las consecuencias de una caída del consumo

Javier Vega fue reelegido esta semana por el plenario de la Cámara para un nuevo mandato, que concluirá en el año 2026. FERNANDO OTERO

León

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Javier Vega Corrales fue reelegido esta semana presidente de la Cámara de Comercio e Industria de León . Reconoce las dificultades del actual escenario económico y apuesta por aprovechar los fondos europeos. Advierte de la resistencia de las familias: «Si la inflación sigue así, es insoportable».

—Primero la crisis financiera, luego la sanitaria, ahora inflación, materias primas, guerra,... ¿Cómo han llegado las empresas leonesas, cuál es la situación actual?

—Las empresas aún no están padeciendo mucho, porque siguen vendiendo; pero la situación suma demasiados problemas. Confío en que se vayan corrigiendo, si no va a ser insorportable, porque hay una realidad palmaria: los sueldos han subido de forma racional, pero no pueden soportar durante mucho tiempo la subida de la bolsa de la compra, del día a día. Y sabemos que es muy difícil que el café del bar vuelva a bajar si la situación se normaliza. Esta inflación, que nos está matando, tiene que controlarse más pronto que tarde, si no la demanda privada va a caer. En este momento todos queremos salid y disfrutar, es como la nochevieja, no reparas y celebras, pero luego viene la resaca del día siguiente y la cuesta de enero. El verano va a ser amable, pero hay que volver al curso en otoño. Y eso será una piedra en el crecimiento que esperábamos.

—¿Las empresas locales, qué situación tienen en ese entorno?

—No las veo mal. Después de que con la crisis de 2008 se diezmó el mundo empresarial, hoy es sensato, cauteloso. Está mucho menos endeudado que entonces, así que lo pasará menos mal. Tenemos un tejido empresarial muy saneado, que va a soportar este momento de falta de crecimiento. Aunque hará daño la subida de tipos para las sociedades que estén endeudadas, la falta de trabajadores cualificados, y el encarecimiento de las materias primas.

—Ha acabado la moratoria concursal, y las carencias de los créditos ICO. ¿Teme que provoque una avalancha de concursos, que hayan estado larvados con estas medidas?

—Creo que no hay tantas empresas en esa situación. Algún caso se producirá. Si hay retrasos en el pago de los ICO el Gobierno pondrá una solución, no queda otra. Temo más una caída de la demanda.

Fondos europeos

"León siempre va a tener más dificultades que otras provincias, no vale lo mismo para todos"

—Los tipos de interés van a comenzar a subir en julio y septiembre. ¿Cómo afectará a las empresas el encarecimiento de la financiación, y también a los consumidores?

—Lo que no es normal es que los tipos de interés estuvieran en negativo, el dinero tiene un precio. Esta subida inevitable no va a ser tan dramática como para poner en riesgo a las empresas, que saben que tienen unos costes de producción. Si se vende las posibilidades de tener dificultades son menores, el problema es que no se venda. No pienso que la subida de tipos haga un daño irreparable a las empresas, hay otras amenazas más importantes.

—La incertidumbre sí está frenando el crecimiento, se habla de desaceleración pero algunas voces adelantan ya la recesión. ¿En qué punto cree que estamos?

—Yo no la veo todavía, pero sí me preocupa el ambiente social. Durante mucho tiempo hablamos de la pandemia, luego de la guerra y ahora el tema es la economía. Ese ambiente mueve voluntades. Lo importante es que hay muchos fondos disponibles para crecer y salir adelante, ahora debemos tener la suficiente habilidad para utilizarlos bien. Como país, autonomía, municipio, empresa o ciudadano. Que sirvan para que la desaceleración sea la menor posible. La inyección de dinero europea es más que importante, estaría bueno que con ese horizonte no fuéramos capaces de acceder a todo el dinero y entrásemos en recesión. Vamos a ser hábiles, pedir a las administraciones que colaboren y seguir generando cotizantes a la Seguridad Social y riqueza.

Elecciones y ayudas

La parada por las elecciones en Castilla y León se ha notado en la llegada de fondos de la UE

—Parece que el mecanismo para trasladar los fondos Next Generation a las autonomías, y estas a las empresas, sobre todo a las micropymes, no está siendo todo lo eficiente que cabría desear. ¿Detectan ese problema, porque la Cámara tiene un importante papel?

—Las cámaras estamos siendo pieza clave en el reparto de los fondos. Tenemos un acuerdo con el Gobierno para el reparto de los fondos de digitalización de las empresas, a través de AceleraPyme. Se ha hecho entre las empresas de 9 a 49 empleados, ahora se abre para las de 3 a 9, y eso es muy importante en León. Sí es cierto que, sin ayuda, las microempresas tienen muy complicado tramitar estas ayudas, y ahí nuestro papel es fundamental para llevarles de la mano. Que los fondos lleguen a través de las autonomías es vital, quien mejor conoce el territorio son ellas, como los ayuntamientos sus municipios. ¿Se está dando esa capilaridad? En ciertos campos sí, como en rehabilitación. Y están también los Pertes, de la mano de las grandes empresas. Pero lo más importante es creer que lo podemos hacer, que no seamos derrotistas. El mantra de que ‘León no...’ no es cierto. Tenemos un tejido empresarial pujante, unas industrias potentes, unas posibilidades en logística envidiables. Hay que luchar por potenciar todo esto, reivindicar el Corredor Atlántico y del Noroeste, que el tren de mercancías muevan muchas más toneladas, no sólo es el AVE. Hay que empeñarse en esa batalla, no en el derrotismo. Y en esa lucha es en la que está la Cámara de Comercio.

—Respecto a los fondos europeos se cuestiona también que las líneas muy concretas a las que se destinan las inversiones no siempre se adaptan al tejido productivo de los territorios. ¿Es este el caso de León?

—León, y Castilla y León, siempre va a tener más problemas que otras autonomías. Su realidad es la dispersión, la despoblación y una orografía complicada. Es un territorio muy grande, con más de 2.200 municipios, casi el triple que otros territorios como Andalucía. Es imposible. O nos llegan más fondos, o las soluciones se complican. No se puede ofrecer lo mismo para todos, para una empresa de Madrid que para una de León. Por eso es necesario que el diseño del reparto de los fondos se apoye en la colaboración del empresariado. En todo caso estoy seguro de que se va a conseguir ese impulso con los fondos europeos. Las administraciones también tienen mucho interés en que se invierta en su territorio; ahora cada administración de esta provincia tiene que esforzarse en poner su granito de arena y obtener, e invertir, esos fondos.

—¿Va esta inversión a buen ritmo? Porque una parte de esas líneas ya están llegando.

—Sí, están llegando. Ahí creo que nos ha hecho daño la parada por las elecciones en Castilla y León. Se ha notado. Pero estamos de nuevo gestionando esas ayudas, hay iniciativas para la industria importantes, hay posibilidades para sectores de futuro como el aeronáutico, por el que tenemos que luchar; la ampliación del Parque Tecnológico está en marcha con consenso entre el Ayuntamiento y la Junta. Villadangos se está convirtiendo en uno de los mayores polígonos industriales de España. También se agiliza la tramitación en las inversiones energéticas, y eso facilita la llegada de fondos. Estamos tomando una velocidad razonable y los fondos sí están llegando.

—Aunque insiste en no caer en el derrotismo, las últimas movilizaciones en León denuncian el abandono que sufre la provincia. ¿Desde la Cámara comparten esa sensación de abandono?

—Lo que tenemos es la sensación de que se puede hacer mucho más. Es un discurso distinto. Hay cosas que no se han conseguido, y tenemos que seguir luchando. Por infraestructuras, no sólo de transporte, sino digitales. Hay compromisos del Gobierno, Junta y Diputación para que las zonas de sombra se eliminen. Nuestra sensación es que se puede hacer más y crecer más, hay que pedir y reivindicar, pero me niego a denostar nuestro tejido empresarial, a caer en el ‘no tenemos nada’... Hay una estructura empresarial consolidada y solvente.

—¿A qué achaca el fracaso de la Mesa por León?

—La Cámara no ha participado en ese proyecto. No sé si es un problema de protagonismos, aunque es cierto que la pandemia desvirtuó la iniciativa. Al final puede parecerme interesante que haya una Mesa por León si se consigue algo, pero un proyecto más o menos de este tipo no importa si no cala en el empresariado y en la sociedad. En la administración y la política. En la reivindicación de las necesidades de la provincia. ¿Que se plasma en una mesa? Estupendo. ¿Que no es así pero se vive y se reivindica? También estupendo.

—Están sobre la mesa importantes propuestas que serían un espaldarazo para el futuro leonés, como la candidatura a acoger la Agencia Espacial Española. Aunque la iniciativa se ha impulsado con retraso respecto a otras provincias.

—Si ahí se pudiera salir con pancartas, que cuenten conmigo para pedirlo. Y con todos los empresarios. Sería un acicate importante y hay que luchar por ello. Y reitero que la convocatoria de elecciones nos ha retrasado en algunas cosas. El consejero de Economía y Hacienda nos habló esta semana con conocimiento de causa de lo que puede implicar este proyecto, hay unas expectativas más que razonables y yo tengo mucha confianza en que la Agencia Espacial se instale en León.

—¿Es una buena idea salir a la calle también en defensa de estos proyectos?

—No tengo ninguna duda, salgo ahora mismo.

—En medio de todas estas esperanzas e incertidumbres el empleo sigue una evolución positiva. ¿Se mantendrá en el tiempo?

—Es verdad que hay paro pero no hay trabajadores, hay demanda pero no hay producto,... El empleo y los cotizantes siguen creciendo. Y creo que va a seguir en esa línea, si no hay un desplome abrupto de la demanda, y las empresas están bien dimensionadas. Pienso que el empleo no va a sufrir más, que se van a generar puestos de trabajo. Pero hay que tener cuidado, no seguir vendiendo derrotismo, crisis y malos presagios, que al final nos empeñamos y lo conseguimos.

"Los padres hemos empujado a los jóvenes a irse"

—Insiste en las posibilidades de desarrollo de León, en la importancia de creer en ello,... Es también un mantra que se repite. ¿Qué hace falta para que se convierta en realidad?

—Es complicado, porque hay un factor educacional muy importante. Decimos que los jóvenes quieren irse, pero somos los padres los que les hemos empujado. Si los mayores no creemos en León le diremos a nuestros hijos que se vayan. Que estudien fuera, aunque tenemos una buena Universidad; si puede que trabaje fuera. Aunque en las grandes capitales no viven mejor. Ni ganan más en la práctica. Se les abren algunas posibilidades, pero la calidad de vida de un lugar como este es mayor. Si desde niños están oyendo que León se muere, al final acabamos matándolo. La dinámica tiene que cambiar. León tiene mucho margen para mejorar, no vamos a negarlo, pero tiene que ser un proyecto común. No van a traer aquí la Renault, pero hay muchas opciones que explotar. Y hay que ser también autocríticos: desde la Cámara hemos organizado muchos cursos de formación, y nos cuesta que los jóvenes participen en estas opciones para su futuro. Es que a veces hay muy poca voluntad de trabajo y esfuerzo. Eso hay que corregirlo.

—¿Cómo analiza la Gran Dimisión, que haya desempleo y muchos sectores no consigan trabajadores? ¿Dónde está esa fractura?

—En la educación. Soy del sector de la construcción, hay muy pocos padres que no quieren eso para sus hijos, a pesar de lo que el trabajo ha cambiado, que tiene mucho futuro. Pero los padres no queremos eso, y los hijos también se resisten a un trabajo que es físico. Y otra realidad: la mayor parte de los que vienen a los cursos que ofrecemos son extranjeros. Será que aquí no interesa. Efectivamente, hay una fractura. Todos hemos querido hijos universitarios y no hay trabajo para todos ellos, sino para otros oficios. O ajustamos eso o seguiremos teniendo un problema. Por eso estamos negociando para que vengan trabajadores de otros países ya con la formación necesaria a cubrir los puestos que aquí no conseguimos contratar. Ese es el modelo que nos queda. Con los índices de natalidad que tenemos en el país tiene que venir gente de fuera

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