Diario de León

Del Pacto Cívico al Pacto por León: entre el enemigo común y la necesidad

El Pacto por León se firmó a finales de 1999. NORBERTO

El Pacto por León se firmó a finales de 1999. NORBERTO

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El pacto de gobierno no lo firma quien quiere, sino quien lo necesita. El matrimonio de conveniencia de la política ha dado lugar en León a parejas, tríos y hasta camas redondas en las que los partidos han entrado por un lado y han salido por otro, en los que las traiciones se han pagado con venganzas y, en la mayoría, en las que se ha demostrado que no hay lazo que más una que el que anuda un enemigo común contra el que aliarse.

La máxima explica el acuerdo más famoso de la historia de León, pero también sus consecuencias. El Pacto Cívico unió en 1987 a Alianza Popular, el CDS y el PSOE contra Juan Morano. El acuerdo contra natura sirvió para desalojar al histórico alcalde y colocar en el sillón a José Luis Díaz Villarig, quien tuvo que aguantar empujones y golpes a la salida del Pleno de constitución, en la plaza de San Marcelo, donde le esperaba el ejército popular de moranistas. Aunque no duró más que 15 meses. El 3 de octubre de 1988 se rompió por un movimiento interno de los populares para acabar con su propio regidor: el trasvase de las concejalas Elena Bustillo y María Dolores Otero para aupar a Luis Diego Polo, que ocupaba el número 10 en los independientes moranistas.

La treta, promovida por José María Aznar, incluía que Morano entregaba el acta de concejal. Pero el histórico político, que por entonces ya se había presentado a las generales con los populares, no sólo se mantuvo como edil sino que acabó de alcalde cuando Diego Polo, cansado de que no le dejaran ejercer, dimitió en noviembre de 1989.

La permanencia de Morano, que ya había pactado en los dos primeros mandatos con Panero y Amilivia, se perpetuó en minoría entre los años 1991 y 1995, aunque con el apoyo puntual de los leonesistas de José María Rodríguez de Francisco. Pasado el ecuador de la primera mayoría absoluta de la historia en la capital, conseguida por Amilivia entre 1995 y 1999, la UPL participó en su primer gran acuerdo.

El mandato comenzó con Amilivia en minoría, pero con la sombra de los 7 concejales de Rodríguez de Francisco y las maniobras de Zapatero para hacer a su candidato a alcalde en una moción de censura. Quedó abortada con el conocido como Pacto por León, suscrito Javier Arenas, entonces secretario general del PP, en el que se contenían promesas de inversión por valor de 200.000 millones de pesetas, entre ellos la construcción de la León-Benavente, de la León-Burgos o la ampliación de la lista del aeropuerto.

La bisagra giró al revés en el siguiente pacto. La UPL se aliaron con los socialistas de Francisco Fernández en 2003, pero apeas un año después, Rodríguez de Francisco y Covadonga Soto se fueron del partido y se llevaron con ellos la gobernabilidad del Ayuntamiento en la moción de censura que devolvió la Alcaldía a Amilivia.

Aunque el PSOE la recuperó en 2007 con un nuevo pacto con la UPL, que esta vez sí llegó a término. Luego vino la mayoría absoluta de Gutiérrez, el gobierno de Silván con Ciudadanos, pero sin que los concejales naranjas asumieran concejalías, y los últimos cuatro años de Diez, con el gobierno más corto de la historia, apenas sustentado por el ex de Podemos Nicanor Pastrana.

Fuera de la capital, la afición al pacto ha tenido episodios para juego de tronos en Villaquilambre, donde el PP, la UPL y el PSOE se han intercalado en el gobierno tras buscarse unas veces como enemigos y otras como socios, con Civiqus, Ciudadanos y distintas facciones de independientes como comparsas para sumar mayoría absoluta o, en un momento dado, firmar mociones de censura. Al guion le añadiría tramas también los ejemplos de acuerdos, desacuerdos y rupturas en Ponferrada motivadas por populares, socialistas, exsocialistas y bercianistas.

La unión de opuestos consagró también el pacto de IU y el PP en Villablino, entre 2005 y 2007, para sacar del gobierno a la socialista Ana Luisa Durán por sus acuerdos con el empresario Victorino Alonso. La alianza de contrario la vivió también Juan José Alonso Perandones cuando se juntaron en su contra AP, el CDS y la Unión Leonesista entre 1987 y 1989, cuando armó una moción para asentarse en Astorga. Allí se asienta además otro de los acuerdos más famosos: el Pacto de la Mantecada: la revuelta interna orquestada por José Luis Rodríguez Zapatero para controlar el PSOE de León que luego le sirvió para dominar el federal y convertirse en presidente del Gobierno.

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