Diario de León

La vieja N-630 pasa de carretera a avenida de Asturias

- Las obras de urbanización, carril bici y aparcamiento cambian la cara a la salida norte

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Las obras en el acceso norte de León, desde la rotonda de Cantamilanos hasta Álvaro López Núñez, obligarán a que «la circulación de toda la avenida se desplace hacia la derecha, sentido salida de León, por la necesidad de espacio para ejecutar la parte del carril bici que se desarrolla por la izquierda», explicaron desde el Ayuntamiento. La reorganización se plantea «íntegramente» desde el pasado 3 de julio con el «corte» del paso «al tráfico general, excepto a autobuses y residentes de la zona», aunque se apostilla que, «en momentos puntuales, puede ser necesario algún corte total de escasa duración» para concluir con las labores.

El nuevo carril bici, detallaron fuentes municipales, dispondrá de «1,50 metros de anchura a ambos lados de la avenida, hasta la zona en la que se inicia la doble calzada en sentido a la calle Álvaro López Núñez, en la que ya se incluye un ciclo-carril para circular a 20 kilómetros por hora con preferencia para bicis, VMP, taxis y transporte urbano». Como complemento, el proyecto anota además «la reurbanización de la calle con la instalación de nueva señalización horizontal y vertical, así como el mobiliario urbano correspondiente», informaron.

El gobierno municipal avanzó que este lunes comenzará «la ejecución del pintado provisional de los carriles de circulación» de esta vía y el cruce con Álvaro López Núñez para definir la ciclovía. El proyecto, como publicitaron desde el gabinete de comunicación de José Antonio Diez, se presenta para «hacer la ciudad más accesible y fomentar la movilidad sostenible», gracias a la cofinanciación europea del plan Edusi para los barrios del norte de la ciudad.

Para completar este tránsito de carretera a avenida en la antigua N-630  a la salida de la ciudad, se acomete la transformación del solar situado frente al cuartel de Almansa, de espaldas al colegio san Isidoro, en un aparcamiento estructurado, lejos de ese solarón que en precario servía lo mismo para derramar vertidos que para dejar el coche por saturación en zonas urbanizadas próximas.

Este cambio de cara se aprecia ya en el marco de acceso a la ciudad, entre prados abiertos y eriales, ahora rebajados, entre adoquines y explanadas.

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