Diario de León

CASO CARRRASCO

Raquel Gago no tendrá que volver a prisión y cumplirá la pena restante en su domicilio

- Un sistema telemático vigila que no salga de casa antes de la hora y que vuelva a su hogar en el periodo previsto

Gago, en el transcurso de una celebración este verano en una localidad leonesa. DL

Gago, en el transcurso de una celebración este verano en una localidad leonesa. DL

León

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Raquel Gago, la que fuera agente de la Policía Local condenada por el crimen de Isabel Carrasco como encubridora del homicidio, ya no tendrá que volver a prisión una vez que este mes acaba de estrenar el tercer grado, que le permite no tener que volver a la cárcel y cumplir en su domicilio el resto de la pena que le falta por cumplir.

La decisión fue adoptada por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que determina que Gago  pasa a ser clasificada en tratamiento más benigno gracias a la aplicación del artículo 86.4 merced al cual se posibilita que un control telemático  vigile el cumplimiento de los términos establecidos, en virtud de los cuales se va fijando la hora de salida de su vivienda y se controla que de igual forma se presente en casa a la hora fijada.

La determinación establecida fija que debe de seguir cumpliendo en Madrid la pena que se le ha impuesto. Los hechos ocurrieron el 12 de mayo de 2014, Gago fue detenida y encarcelada cinco días después, el viernes 16 de mayo y permaneció recluida en Villahierro hasta el 29 de enero de 2015, cuando prosperó el recurso presentado por su abogado ante la Audiencia Provincial.

Pena final
Fue condenada a quince años de prisión acusada de encubrimiento y tenencia de armas

Fue juzgada desde el 18 de enero hasta el 17 de febrero de 2016, cuando se le impuso una polémica pena de solo cinco años de prisión tras considerarla el jurado popular autora de los delitos que se habían cargado contra ella. Las revisiones en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y eón y en el Tribunal Supremo determinaron que se elevara a quince años de prisión su condena por encubrimiento y tenencia ilícita de armas.

De acuerdo al apartado de hechos probados de la sentencia, se considera que Gago fue conocedora de que el arma que había utilizado Montserrat González para acabar con la vida de Carrasco fue puesta en manos de Triana Martínez, hija de la autoras material del crimen y cómplice del plan de huída de  la  madre, que supuestamente finalizaba en la entrega de una bolsa de deporte en cuyo interior permanecía el revólver que se había usado para el caso.

Gago defendió siempre su inocencia y mantuvo que desconocía el contenido de la bolsa. Argumentó que se encontraba conversando con un agente de la ORA sobre una multa que se le había impuesto unos días antes y afirmó que desconocía la existencia del plan, aunque reconoció que había estado después de comer en casa de las otras dos sospechosas, si bien siempre negó que fuera para planificar el ataque.

Desde su punto de vista, todo se trató de una coincidencia fatal, ajena a su voluntad. Nunca tuvo intención de formar parte de la trama y en absoluto estuvo implicada en sus preparativos.

Después de una serie de actuaciones judiciales, definitivamente se ordenó el ingreso en prisión el 20 de diciembre de 2016, y eligió el Centro Penitenciario Provincial de Villahierro. Posteriormente fue trasladada a Madrid por razones familiares, de tal forma que pudo eludir los focos informativos y estableció su vida en el sur de la Comunidad de Madrid.

A lo largo de los últimos meses Gago se ha dejado ver en la provincia leonesa en varias oportunidades.

Una vida apacible en la zona sur de Madrid

No han trascendido demasiados detalles de la vida de Raquel Gago en Madrid porque básicamente el objetivo que se perseguía con la decisión de sus abogados de trasladarse a al Comunidad del centro del país era alejarla de los focos y hacer que  pudiera pasar desapercibida en un ambiente más anónimo.

Y todo porque en el seno interno de sus allegados siempre flotó la sombra de la injusticia de la condena. Otros implicados en el procedimiento, como el Ministerio Fiscal y los letrados de las acusaciones particulares, siempre han estado convencidos de que se trataba de una estratagema y de que en el fono estuvo al tanto de lo que iba a ocurrir.

Gago se trasladó a vivir a casa de su hermano, con el que tenía una especial relación. Allí se dedicó básicamente a formarse a nivel intelectual, después de que perdiese su plaza como agente de la Policía Local, a resultas del procedimiento judicial y la condena correspondiente.

Poco más se ha sabido de su persona y pocos detalles más han trascendido de sus quehaceres habituales. También se ha pasado en alguna oportunidad en el inmueble de Eras de Renueva en el que residía y donde se encontraba muy cerca de sus padres, a los que se encuentra especialmente unida desde  la época de los hechos.

Ahora se acerca el final de su etapa en este asunto y pronto podrá regresar a su vida habitual de los últimos años en León y provincia.

Los pasos de una causa con mucha miga

  • Detención. (16-5-2012) A raíz de la aparición de su número en el listado de llamadas de Triana Martínez se decretó su ingreso en prisión. No fue convicente en sus explicaciones.
  • Recurso. (29-01-2015) Fermín Guerrero, el célebre abogado murciano, consigue que se decrete la libertad provisional para la sospechosa, a la espera del juicio.
  • Juicio. (19-01-2016) Casi un año después se juzga a las tres acusadas con un jurado popular. Las declara culpables, a la espera de que se fije una sentencia.
  • Sentencia. (11-03-2016) la Audiencia le impone una pena de cinco años de prisión por entender que no era conocedora del plan y que su aportación fue mínima.
  • Supremo. (15-01-2017) El Alto tribunal entiende que Gago merece una condena de quince años y medio de prisión como parte importante del plan establecido.
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