Diario de León

bajo techo ajeno

La pobreza con imaginación que se esconde en un portal

El Ayuntamiento y Cruz Roja no han notado un incremento de personas que duermen al raso, una quincena, pero sí que prefieren el centro urbano por el rosario de locales cerrados que disponen de soportales

Un local cerrado en la calle Juan Lorenzo Segura sirve de cobijo a una persona que hizo su propia casa con tejado y paredes de cartón. RAMIRO

León

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La costumbre manda

El 89,2% de las personas sin hogar pernocta en el mismo lugar y el 40,3% en alojamientos colectivos

Han encontrado refugio en bancos, parques y hasta debajo del alero de la iglesia de Santa Nonia, pero ahora prefieren el centro, porque el rosario de locales de negocios abandonados les permite ‘acomodar’ de forma permanente sus escasas pertenencias, en lugar de tener que desmontar y volver a colocar el estaribel de cartones y mantas con que se protegen de las inclemencias del tiempo.

Aunque muchas veces pasamos sin ver, día a día nos cruzamos con ellos. Dos varones duermen casi vecinos contemplando la Inmaculada, en Ramiro Valbuena. Otros dos, en Padre Isla y en Juan Lorenzo Segura destaca la ‘casa’ con paredes y tejado de cartón que ocupa el soportal de un pub hoy cerrado. Un auténtico búnker frente a miradas indiscretas frente a la fuente ornamental.

Los estereotipos dictan que los sin techo son personas que lo han perdido todo, que carecen de un hogar, que viven desconectadas de su entorno, no poseen redes sociales y sufren una baja autoestima. Se habla de ellos, sin ellos, fomentando en muchos casos ideas erróneas, porque algunos ‘carrileros’ lo que aman es la libertad, no someterse a normas y que nadie les diga dónde y cómo estar. Siguen su propia filosofía de forma pacífica.

Un ejemplo es el hombre que ha elegido el soportal de una tienda de cortinas en la calle Villafranca, que ha llegado a un ‘acuerdo’ entre caballeros con los dueños del negocio. Llega hacia las diez de la noche con su gran carro y su perro, cuando se apagan las luces de la tienda y recoge y se va hacia las nueve y media de la mañana siguiente para que limpien la entrada del comercio y abran al público.

En ocasiones le acompaña también una mujer. Otro homeless intentó dormir en la misma calle donde la peluquería y en otro local, pero no logró un pacto. En Quevedo y cerca de Puerta Moneda también se localizan personas al raso. El número de personas sin hogar ha crecido un 25% en la última década en España según el INE. No obstante, el Ayuntamiento no ha percibido un incremento en León este invierno, donde la cifra de 15 personas sin techo permanece estable. También reseñan que la Policía Local, encargada de la vigilancia de la ciudad, sólo pueden actuar contra quien delinque, «y estar en la calle no está prohibido».

Los agentes realizan «un seguimiento» de las personas que pernoctan en la calle a quienes «informan de los recursos públicos que tienen a su disposición y también de la posibilidad de recibir ayuda en comedores sociales, albergues o centros de día», indica el Ayuntamiento. En los casos que es preciso, se les deriva para que reciban atención sanitaria y en pocos se insta el internamiento.

Con la ley en la mano, los agentes no pueden evitar que una persona duerma en un parque público o en un soportal, pero sí se les autoriza a intervenir cuando se detectan conductas incívicas: orinar o defecar en la vía pública, ocupar un cajero automático, pasar la noche en el portal de un bloque de pisos, armar escándalo... También organizaciones como Cruz Roja, que atendieron a 242 personas sin hogar, incluidas las que viven en albergues, alojamiento inadecuados o inseguros, confirman que las «cifras son muy similares a ejercicios anteriores y desde el área no se ha notado ni incremento ni reducción», señalan.

De momento, este año, no se ha activado la campaña de frío que consiste en llevar mantas y café caliente por la noche a quienes duermen al raso pero sí están activados todos los recursos del programa de Atención Integral a Personas Sin Hogar financiado por la Junta con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del IRPF y que nació en 2012 para mejorar la calidad de vida de este colectivo.

La última encuesta del Instituto Nacional de Estadística desvela que el 89,2% de las personas sin hogar pernocta todas las noches en el mismo lugar y el 40,3% en alojamientos colectivos, de los que el 39,7% lo hace en un albergue o residencia, el 0,4% en centros de ayuda al refugiado y el 0,2% en centros de acogida a mujeres maltratadas.

En lo relativo a los estudios terminados, el 65% de la población sin hogar ha alcanzado un nivel de educación secundaria, el 23,8% de estudios primarios o inferiores y el 11,3% estudios superiores. El 55,8% declara tener buena o muy buena salud, aunque el 37,4% padece alguna enfermedad crónica y un 9,6% trastornos mentales.

Un local cerrado en la calle Juan Lorenzo Segura sirve de cobijo a una persona que hizo su propia casa con tejado y paredes de cartón. RAMIRO

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