Diario de León

La Universidad pone en valor el resultado de la investigación en el plano internacional

El registro de propiedad de la ULE adelanta al del ministerio con su tecnología blockchain desarrollada por Scayle

Un trabajo de investigación realizado en uno de los laboratorios de la Universidad de León. MARCIANO PÉREZ

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A. Calvo
León

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El registro de propiedad de la Universidad que la Universidad de León creo hace poco menos de un año ha conseguido superar la expectativas y «ha dado visibilidad al conocimiento que hay en la Universidad y no se sabía», como explica la directora de la Oficina de Transferencia de los Resultados de la Investigación, Danny Liliana Herrera, quien añade que, además, una de las ventajas del sistema es que aplica la tecnología blockchain, con lo que va un paso por delante del Ministerio de Cultura y Deporte, al que está adscrito el Registro de la Propiedad Intelectual Nacional, donde se pueden inscribir las creaciones literarias, artísticas y científicas.

La ventaja del registro de la Universidad de León, bajo el paraguas de la Registro Oficial de la Propiedad Intelectual, Evidencias y Secretos, es que al emplear la tecnología blockchain «permite reivindicar la creación en cualquier parte del mundo». Sin embargo, la del ministerio está limitada a España, como explica la responsable de la Otri, quien añade que, además, ha sido el Centro de Supercomputación de Castilla y León, ubicado en el Campus de Vegazana, desde donde se ha desarrollado esa tecnología que permite impulsar y proteger el conocimiento científico que se lleva a cabo en la institución académica.

«El registro sirve para proteger la labor de los investigadores», explica Herrera, para contextualizar que registrar un resultado de investigación que tendría valor de cara a la transferencia o a su comercialización los protege frente a otros resultados o competidores. Una vez que se registra un concepto, una idea, un prototipo o una patente se emite un certificado con un código Hash «que permite al investigador reivindicarlo en cualquier parte del mundo. Ese código se contrasta con el de otro país para ver quién lo ha creado antes», explica la también directora del Área de Transferencia de Tecnología. Así, se valida que es un producto resultado de una investigación, con un filtro científico, además del científico.

Esta garantía de proteger lo que se hace en el ámbito universitario ha animado en este último año a los investigadores a «proteger» tanto los resultados de sus investigaciones como los desarrollos y las cuestiones vinculadas a la innovación, un aspecto positivo según apunta Lilia Herrera ya que «es un valor intangible de la Universidad de León que se debe proteger». Por este motivo es fundamental «primero protegerlo para poder transferirlo después».

El registro no se centra únicamente en cuestiones tecnológicas, va más allá y llega al resto de las ramas de conocimiento como las sociales o las humanidades, «que hasta ahora no ha sido formalizada y que tienen el mismo impacto social y empresarial». El la oficina se concede el Copyright o derechos de autor de las obras o invenciones generadas en la institución académica, y se protegen y acreditan evidencias de resultados de investigación obtenidos en la institución académica que constituyan un secreto empresarial, y también se generan los certificados digitales que permitan demostrar la propiedad y titularidad de las obras en las fechas y horas certificadas.

Hasta el año pasado, la media anual de registros realizados por los investigadores de la Universidad de León en la web del ministerio era de siete al año. Con la apertura la oficina de registro propia la cifra casi se ha cuadriplicado, con el registro de 26 obras.

En la institución leonesa hay un centenar de grupos de investigación y desde la Otri también se realizan diferentes acciones para impulsar tanto el registro de los resultados como el desarrollo de pruebas de concepto o prototipos.

Así, en este año volverá a realizar sus concurso para pruebas de concepto, una convocatoria dirigida a investigadores de la Universidad de León, cuyo objetivo es seleccionar proyectos que partan de resultados de investigación bien identificados y aborden desarrollos complementarios que validen el interés de explotación económica y social de tales resultados. Por otra parte, también se celebrará el concurso de prototipos, que está abierto a estudiantes de grado, máster y doctorado cuyo objetivo es el impulso a las actividades de transferencia de conocimiento en el entorno universitario mediante la materialización y desarrollo de un prototipo, para conseguir productos o procesos con posibilidades de ser comercializados en el mercado, fomentando la creación de empresas y el registro de patentes en la Universidad de León.

Protección y defensa

En un año se ha pasado de 7 registros a 26 tras incentivar a los investigadores

El modelo de blockchain que ha desarrollado el Centro de Supercomputación Scayle para el registro de la propiedad de la Universidad de León actúa «como un notario digital», según explica la directora de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación y Transferencia con Empresas, Liliana Herrera. Se trata de un software que ofrece un código que se aplica a cuestionarios sociales, obras científicas e incluso a fórmulas. El investigador presenta de forma digital sus resultados en la oficina y a través de la aplicación desarrollada por Scayle se hace una ‘foto’ del archivo a partir del cual se crea ese código Hash, «una numeración única que recoge el contenido científico. «Si hay otra persona que dice que la formulación, por ejemplo, la ha descubierto antes, se comprobará quién la ha registrado antes, contrastando el día y la hora y la similitud entre ambas», concreta Liliana Herrera para incidir en la necesidad de que los investigadores de la Universidad de León deben animarse a registrar sus resultados para protegerlos.

Liliana Herrera explica que la Univeresidad de León está trabajando ya para regular el secreto profesional de sus investigadores y que se aprobará en breve. «Se podrán así proteger cosas que no se quieren patentar porque son aspectos muy competenciales o puntuales que es preciso salvaguardar antes de que esté completa la investigación», señala, en relación a que hasta llegar a una patente puede pasar mucho tiempo, por lo que es necesario avanzar en este registro propio para que se puedan proteger rápidamente también los primeros pasos.

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