Diario de León

Juicio por el crimen de un universitario en León: "Me volví loco y no sé qué hice", dice el acusado

La fiscal subraya que el procesado "atacó por la espalda a la víctima" sin darle opción a defenderse; el letrado de la familia de la víctima recuerda a los miembros del jurado que de la cárcel se acaba saliendo "pero del cementerio, nunca"

El acusado del crimen de La Torre, a su llegada a la Audiencia Provincial.

El acusado del crimen de La Torre, a su llegada a la Audiencia Provincial.RAMIRO

León

Creado:

Actualizado:

El acusado del crimen del universitario se ha negado a responder a preguntas que no procedan de su propio abogado, en la primera sesión de la vista oral que se sigue contar su persona por la muerte de un estudiante de Inef en mayo de 2021. "No sé lo que me pasó por la cabeza, perdí el control. Le di un golpe, salí corriendo, llamé a un amigo y me fui a mi casa. Al día siguiente vino  a por mí la Policía y les entregué la navaja. No sabía que le había matado", dijo. "Llevaba navaja por casualidad, no tenía cuentas pendientes con nadie, fue fortuito. No le conocía de nada. Sólo puedo decir que lo siento mucho, que les he escrito una carta y que lo que esté en mi mano para ayudarles, lo haré".

El juicio por el crimen del universitario acaba de iniciarse en la Audiencia Provincial, presidido el Tribunal del Jurado por el magistrado José Luis Chamorro, que ha tenido a bien recordar a los miembros del tribunal popular que "en principio, el acusado es una persona inocente mientras no tengan pruebas firmes de lo contrario".

No es así para la fiscal, Laura Campillo, que ha recordado a los miembros del jurado que el autor confeso de los hechos "mató a la víctima por la espalda, sin darle opción a defenderse y amparado ahora por la excusa de que estaba ebrio y drogado como si eso le diera derecho a matar".

Laura Campillo  parafraseó a la madre del fallecido: "Lo único que tenía mi hijo en los bolsillos era un caramelo". La familia del finado prorrumpió en el llanto en ese momento.

El procesado insistió en que no recuerda muy bien lo que ocurrió: "No tuve ningún problema con él (refiriéndose al fallecido). Saqué la navaja, es verdad, pero la guardé. Estuve intentando hablar con él pero volvió a pegarme y ese fue mi punto de inflexión para perder el control". El ambiente "era bueno, pero empezaron a agredirnos sin justificación y saqué la navaja. Me dijo que la guardara, estuve hablando con él y se puso a agredirme".

Explicó cómo fue el movimiento del navajazo "de arriba a abajo" y destacó que en ningún momento persiguió a la víctima. "No puedo explicar qué me ocurrió, fui presa del pánico", dijo. Reseñó que después salió de la zona acompañado por dos amigos: "No supe que lo había matado hasta que abrí la puerta a la Policía".

En medio de una notable expectación, la vista se ha iniciado con la lectura del relato de los hechos, por los que se propone una pena de 22 años de prisión para el sospechoso, que deberá indemnizar a los padres y al hermano de la víctima con 197.000 euros. 20 años pide la acusación particular que eleva la indemnización a 290.0000 euros. La defensa entiende que las peleas fueron indiscriminadas y motivadas por el consumo de alcohol y drogas. Asegura que fue la víctima quien agredió en primer lugar al sospechoso y que el procesado perdió el control de sus actos por haber sido acometido en primer momento y no ser consciente de que había herido al luego fallecido porque se había dedicado a lanzar cuchilladas al aire sin ser consciente de las consecuencias.

El 16 de mayo de 2021 el sospechoso propinó presuntamente una puñalada a la víctima y acabó con su vida tras una pelea en las inmediaciones del pabellón de La Torre. Venía precedida de otra trifulca anterior, que se considera ajena a esta causa. La defensa esgrime la teoría de que la atención médica que se prestó al procesado no fue la adecuada y de hecho se le llegó a reanimar. "Debió practicarse una toraxotomía urgente al herido", destaca su escrito.

La fiscal ha señalado que su función "no es acusar sin más, sino porque hay pruebas" y advirtió de que la defensa tratará de argumentar que hubo errores en la atención que se prestó al herido "aunque fue impecable". También puso en aviso a los jurados de que se intentará hacer ver que el sospechoso tenía alteradas sus facultades mentales "aunque no es así porque sabía bien lo que hacía".

Fernando Rodríguez Santocildes, abogado de la familia, expresó en su primera intervención que representa a sus padres "y no a él, que hubiera terminado la carrera de Ciencias de la Actividad Física este verano", señaló el letrado. "No encontró la muerte el 16 de mayo, lo mataron y dejaron una familia destrozada", apuntó. "Cada día sus padres ven a jóvenes de su edad en Colindres, pero a él no. Y cuando les comunican que ha muerto no es por un accidente, es porque lo han matado. De la cárcel se sale pero del cementerio, no".

Rechazó el letrado que el sospechoso confesara lo ocurrido: "La Policía le pilló y él sabía cosas porque era estudiante de Derecho y las usó  para atenuar su responsabilidad. Por eso destrozó el móvil, se escondió en su casa y ocultó una navaja de 16 centímetros nada menos".

Enrique Arce, abogado de la defensa, niega que se presente en la sala con una idea preconcebida. "No estamos juzgando un asesinato, sino unos hechos que afrontamos por el camino erróneo de asegurar que el procesado va a mentir. Un acusación limpia no puede hacer esto", advirtió a los miembros del jurado popular. "Actúen por lo que ven y oyen". Se quejó el abogado de que se hayan separado las actuaciones judiciales de las dos peleas: "Es una deconstrucción de los hechos, es poner el carro delante de los bueyes".

En el turno de testigos, el primero en comparecer fue un amigo del fallecido que vivía en la misma residencia que él. "Habíamos quedado para ir a los merenderos del Lidl de botellón". Llegó el grupo del acusado "y de repente empiezo a escuchar una trifulca. Vi que alguien metió un puñetazo a otro de nuestros amigos. Vi a Mario (el fallecido) irse para atrás y me dijo: 'Hay un pirado que tiene una navaja'. Le vi echar a correr y al que luego le apuñaló fuera de sí. Decía: '¡"Venid ahora, maricones!". Cuando Mario corría iban delante de él el que le apuñaló y otros dos. Se giró un poco hacia ellos a ver si le seguían y en ese momento  le metió la cuchillada", explicó. "Me dijo que llamara a la ambulancia, que le habían apuñalado" y el que lo hizo dijo: ¡"Vámonos que le he pinchado!". Me entró tal pánico que me tapé los oídos para no escuchar nada".

La víctima se recostó en el suelo con la espalda apoyada en una pared. "Le costaba mucho respirar". La Policía tardó "quince minutos que se me hicieron eternos", declaró el testigo. 

El segundo testigo cerró la sesión matinal. Era conocido del fallecido. Relató cómo se produjeron los hechos en términos muy similares al declarante previo: "Me dieron un golpe en la cara y caí al suelo. Quedé noqueado y cuando recuperé la consciencia vi a Mario tumbado con una herida sangrante. Yo estaba muy nervioso y rompí a llorar. Él intentó tranquilizarme. Luego dejó de contestarme antes de que llegaran los equipos de emergencia".

tracking