Muere Blanco Tuñón, el médico exquisito y humano

Si una sola palabra puede definir a todo un ser, "exquisito" se ajusta a la entrañable personalidad de Juan Blanco Tuñón. Médico, padre, marido, amigo... De manos hábiles y finas para la cirugía plástica a la que entregó su vida, "exquisitas", como corroboran quienes le conocieron, como "exquisita" era su educación.

Alumno de los Agustinos, estudió Medicina en Salamanca y trabajó en el Hospital madrileño de La Paz antes de regresar a su tierra, donde ejerció durante décadas con gran éxito.

La enfermedad se lo llevó a pocas horas de cumplir los 79 años en La Regla, precisamente el hospital donde tantas Navidades se disfrazó de Rey Mago para entregar regalos a los pequeños pacientes e hijos de las enfermeras. Una labor que extendía al Colegio de Médicos para llevar algunos detalles a los hijos de los facultativos muertos ese año.

Elegante, discreto y tremendamente educado, insufló su pasión por la medicina a dos de sus tres descendientes, un hijo que ejerce como médico internista en Jerez y una hija que trabaja como intensivista en Portugal.

Juan Blanco gozó del reconocimiento absoluto de la Sanidad Leonesa y profesionalmente desempeñó su actividad de cirugía plástica como el único de la ciudad durante años. Cordial, conocido y muy reconocido, León pierde a otro de sus prohombres.