Muy contagioso y en expansión

El sarampión es uno de los virus más contagiosos que afectan a las personas y que se transmite a través de las gotas de saliva que transmite la persona infectada al hablar, toser o estornudar. Además de la hospitalización y la muerte causadas por complicaciones como neumonía, encefalitis, diarrea y deshidratación, puede originar complicaciones de salud debilitantes a largo plazo, como la ceguera. También puede dañar el sistema inmunológico al «borrar» su memoria de cómo combatir las infecciones, lo que deja a las personas supervivientes del sarampión vulnerables a otras enfermedades. La enfermedad es fácilmente prevenible con las vacunas, que se administran a los niños en dos dosis, la primera a los 12 meses de vida y la segunda, a los tres o cuatro años. En adultos que desconozcan si están vacunados o han pasado la enfermedad, se recomienda el pinchazo de recuerdo. El sarampión está repuntando a niveles récord desde 1997 en Europa y Asia central, con 127.350 casos el año pasado, el doble que en 202. Los casos volvieron a aumentar tras un retroceso en la cobertura de inmunización en la pandemia de covid, con tasas que no se han recuperado.