El calor amenaza con pérdidas de alrededor de un 30% en las cosechas

La ola de calor que se ha dejado sentir en la provincia de León desde el día 30 de julio con temperaturas mínimas características de climas tropicales, provocará daños en los cultivos y mermará la cantidad de la producción. Los cultivos más afectados por las condiciones climatológicas serán el girasol, la remolacha y los viñedos. El girasol es un cultivo que necesita humedad, así que debido a la escasez, el tamaño será bastante menor. Aunque las pérdidas de este cultivo no han sido evaluadas todavía, se situarán en torno a un 10 ó 25%, según ha manifestado el gerente de Asaja en Castilla y León, Gerardo Dueñas. Los productos de secano, entre los que están la avena, la cebada y el trigo disminuirán entre un 20% y un 30%. Sobre todo se verán afectados los que no estén del todo asentados porque su cultivo haya sido más tardío que el resto. El regadío se ha visto bastante perjudicado, en especial los cultivos del maíz y la remolacha, lo que a su vez ha incrementado los gastos por un aumento de riego. De todas formas, como ha comentado el secretario provincial de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, Ugal Upa, Matías Llorente, el maíz se puede ver beneficiado ya que se trata de un cultivo subtropical y gracias al calor se producirá un adelanto de entre veinte y veinticinco días, lo que supone que entre finales de septiembre y principios de octubre se podrá empezar a cosechar maíz. Pérdidas en ganadería No es la agricultura la única que sale perdiendo, el sector ganadero también incurrirá en pérdidas sobre todo debido al cambio en la alimentación de los animales. Con el excesivo calor, la hierba de muchas praderas se ha secado y es imposible llevar el ganado a pastar en ellas. Según Dueñas, el vacuno de leche disminuirá entre un 10% y un 25% de leche diario por el estrés de los animales y la ganadería de carne verá reducida su producción debido a que mediante el sudor, los animales eliminan mucha cantidad de masa. Por otra parte, las tormentas que ya han comenzado a descargar y que se prevén durante estos días no tienen por qué resultar demasiado perjudiciales mientras sean sólo de agua ya que como ha explicado Dueñas, «los cultivos ya están muy asentados y no se les hace tanto daño como si hubiesen sido recién establecidos». Sin embargo, si las precipitaciones llegan con algo de piedra, los resultados pueden ser desastrosos.