Diario de León

España, Alemania, Francia, Italia, Rusia y Rumanía se unen a través del periódico Defrit | Reportaje | Pasión por el periodismo |

La semilla de una Europa unida Ganas de repetir la experiencia ¡Viva el Defrit coruñés!

La iniciativa periodística contribuye a la creación de una identidad europea Varios adolescentes gallegos, muy dife

Varios alumnos entrevistaron al alcalde de  La Coruña, Francisco Vázquez

Varios alumnos entrevistaron al alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez

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María Hermida/Marcos Pichel Natalia Monje - redacción redacción
León

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Defrit es un periódico que pone en contacto a muchos jóvenes europeos desde 1991. La iniciativa partió desde Alemania, Francia e Italia (Deustchland, France, Italia), después se sumó España y, más recientemente, Rusia y Rumanía. El representante español en este proyecto es el Instituto de Enseñanza Secundaria de Monelos, de A Coruña. Pero llamarle periódico es quitarle gran parte de su esencia. Aunque este proyecto tenga aspecto de rotativo convencional, es mucho más. Se trata de la plasmación en el papiro de las ideas, inquietudes e ilusiones de muchos jóvenes europeos. Defrit contiene artículos en varios idiomas y resúmenes en inglés para que se pueda entender en todos los países. Posee una historia muy viva. La de una profesora alemana, llamada Dominique Fröhlich, que en 1991 apostó por llevar más allá de las paredes de su instituto el periódico que confeccionaban sus alumnos. Es la historia de contactos entre centros educativos de esos países para que los jóvenes redactores tuviesen en mente un mismo proyecto. La historia, en fin de chicos y chicas que cambian el recreo de bocata y coca-cola por sillas y mesas donde discuten temas, pulen su estilo a la hora de crear historias con el bic y acuden a la red para darle base documental a sus trabajos. Aquí está el resultado. Pasen y vean. Sobran las palabras de presentación cuando la ilusión habla por sí sola. Iniciativas de este tipo contribuyen más a la creación de una identidad europea común que cualquier ley de la alta política. Esta es una aventura digna de crecer, de extenderse a más institutos, a más países. Algo en lo que las instituciones deberían implicarse, porque en Monelos tienen muchas dificultades para encontrar financiación y aún se preguntan cómo harán para conseguir dinero para las actividades del año que viene. Todos los redactores de Defrit aguardan con impaciencia a que llegue el año que viene. Quieren repetir, aunque los mayores lo tendrán más complicado, pues deberán compatibilizar las maletas y viajes con los exámenes de segundo de Bachiller. Sin embargo, cuando se reúnen en la vieja aula de usos múltiples de su instituto, se nota que sus letras son fruto de algo más que las ganas de viajar. Denotan pasión por algo fundamental: la libertad. Tienen espíritu crítico y ganas de cambiar el mundo, eso que tantas veces se considera ausente en la juventud. «La gente tiene que saber las cosas, estar informado y actualmente muchas noticias están manipuladas», dice Irma, que, a poco que le dejan, muestra su compromiso con la sociedad. Pero hay para todos los gustos: en las mesas en las que se reúnen no falta quien dice que ellos son los raros, «la mayoría de la gente no se preocupa por nadie, va a lo suyo y punto», comenta una chica que reúne la opinión de muchos de los componentes de Defrit. Llama la atención las reservas con las que hablan de los medios de comunicación: «manipulan la información», «no es verdad todo lo que dicen», «pretenden engañarnos», son algunas de las expresiones más escuchadas. Inma quiere ser Ingeniera Industrial. Pablo dice que si vas a una manifestación y no das la nota no te hacen caso. Javier es un seguidor incondicional del Deportivo. Ellos, al igual que otros dieciocho alumnos del Instituto de Monelos de La Coruña, son muy diferentes entre sí: a unos les gusta hablar de política, otros visten con aspecto surfiro, algunos hablan muy bien inglés, no falta quien saca todo sobresalientes y tampoco el que disfruta con la comida italiana. Pero les une un proyecto: una factoría de ideas y contenidos llamada Defrit. Porque en La Coruña Defrit tiene nombres y apellidos. El Instituto de Monelos es el ingrediente español de este periódico europeo. Sí, en ese centro educativo coruñés, en el que las rejas cogen óxido y no hay pared sin desconchado, estos veinte jóvenes demuestran que viejo por fuera es sinónimo de nuevo por dentro. Tal cual. Con una mente fresca y las rebeldías propias de sus quince, dieciséis y diecisiete abriles escriben de las consecuencias del dopaje, de las tribus urbanas o de la tragedia del 11 de Marzo. Y podrían escribir de mucho más. Porque la actualidad la conocen y bien: opinan de la retirada de las tropas de Irak dando datos y análisis, no les coge de improviso el cambio de gobierno, la actualidad deportiva, (con el Deportivo a la cabeza), se la saben de pe a pa, y en materia de sociedad no se quedan cortos. De coordinar sus ideas, de darle forma y embellecer sus letras se encarga María Luisa Rodríguez. Ella es el alma del proyecto en La Coruña. Con sus homólogos de otros países, le ponen fuego a la hoguera de ideas de sus pupilos. Pero Defrit es más que escribir. Defrit es vivir, es viajar y pasar días de risas y rosas con los colegas europeos. Y es que cada año los jóvenes redactores viven un «euroencuentro» en un país distinto, en el que permanecen en casas de acogida. Los veinte componentes de Defrit de Monelos confiesan que se interesaron por el periódico, precisamente, por esta posibilidad de recorrer otros lugares, hacer nuevos amigos e intercambiar experiencias. Este año tocó recorrer Italia. Fueron a Bari, en el sur del país, y llegaron allí un día muy especial: el 12 de marzo. Después de los atentados, pensaban que no podrían ir y cuando llegaron se sorprendieron del impacto que el 11-M había causado. «En Italia toda la gente se solidarizaba con nosotros. En la Plaza de España de Roma, las puertas de la embajada española estaban llenas de ramos de flores y mensajes de solidaridad», recuerda Pablo.

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