Diario de León

El Ramo, un emblema leonés La lotería, un tiento a la suerte Lo más dulce de las fiestas, el turrón El arte de construir el belén Para los amantes del canto y para quienes piden el aguinaldo

DANIEL

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Ana Gil - león
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Muchos de vosotros ya sabéis lo que es el ramo navideño y algunos, incluso, habéis participado en la elaboración de uno en vuestro colegio o con vuestros amigos o bien lo habéis cantado. El ramo es una de las expresiones más genuinas de la Navidad leonesa. Cuentan los expertos, como Concha Casado, que lo cantaban las mozas hace varios años y su texto solía escribirlo algún vecino contando el misterio de la Nochebuena. El soporte en el que se llevaban las ofrendas al niño Jesús fue una rama de árbol, que luego pasó a ser la ofrenda misma. Con el tiempo, esta rama pasó a ser el objeto de madera que hoy conocemos. Además, también se canta en algunos pueblos con motivo de bodas y fiestas patronales y no solo en estas fechas navideñas. El canto del ramo ha sido una expresión religiosa del pueblo muy arraigada entre los leoneses. Antes, el escenario en el que se cantaba era la iglesia y, si bien en los últimos años parece que ha revivido su costumbre, hubo un tiempo en el que esta tradición se mantuvo un poco en el olvido. El día 22 de diciembre es el sorteo de la lotería de Navidad, ese día en el que todas las televisiones y las radios retumban con los cánticos de los niños de San Ildefonso y en el que toda España está pendiente de los números, deseosos de que algún premio recaiga en los boletos que llevan en el bolsillo. Y es que, quien más y quien menos, confía en la suerte y juega a la lotería en fechas navideñas. Que si un boleto en el bar de abajo, que si las participaciones que venden los niños, que si otro en el trabajo... el caso es que el año pasado la Organización Nacional de Loterías y Apuestas del Estado puso a la venta 125 millones de décimos, con lo que batió todos los récords. Las cifras que se reparten entre los premiados son de mareo y desde la organización aseguran que cada año se juega más y es que se trata del sorteo de lotería más importante, seguido por el de El Niño, que se celebra el 5 de enero. La lotería española es una de las más antiguas. La de Navidad tiene poco más de 100 años y nunca ha dejado de celebrarse. El turrón es casi imprescindible en las casas para que la Navidad parezca justamente eso, Navidad. Bandejas llenas de turrones de todos los sabores, mazapanes, peladillas, frutos secos...el caso es comer en estos días festivos y hacer excesos. A algunos les encanta y a otros no les emociona, pero casi nadie se resiste a probar, aunque solo sea un pequeño trozo, este dulce navideño por excelencia. El turrón es una masa obtenida por la cocción de miel y azúcar, con o sin clara de huevo y con una proteína llamada albúmina, a la que se incorpora posteriormente almendras tostadas y peladas en un amasado. Es todo un arte que realizan los expertos y son muchos los pasos que hay que seguir en la elaboración del turrón y también muchas las principales materias primas que se utilizan. Los más conocidos son el duro y el blando, ambos elaborados a base de almendras, pero, el de chocolate causa furor en muchas casas españolas. Y quien no ha oído hablar del turrón de Jijona, en Alicante, el más conocido y el de mayor fama. En Navidad, es típico decorar la casa con motivos navideños, entre ellos está el tradicional árbol cargado de adornos y luces de colores o el belén. Éste último es uno de los que más llaman la atención de los más pequeños de la casa, ya que ofrece múltiples posibilidades. Se trata de una representación de lo que fue el nacimiento de Jesucristo y todos los acontecimientos que se produjeron posteriormente. El portal del Belén con el niño Jesús, san José, la Virgen María y la mula y el buey es, quizás, la parte más importante del belén. Pero, ¿de dónde viene este nombre? De la ciudad palestina de Bet-le-hem, un pequeño núcleo cerca de Jerusalén en donde tuvo lugar el nacimiento de Jesús. Es algo típico entre los cristianos que, cada año, representan este hecho tan importante y tan religioso. Poco a poco han surgido otras formas de representar este nacimiento, como los belenes vivientes en los que los protagonistas son personas de carne y hueso y animales de verdad o como los realizados con todo tipo de materiales. Aunque cantar no sea lo tuyo, es casi una obligación alzar la voz estos días entonando algunos de los villancicos más típicos de las Navidades y si no te acuerdas muy bien de la letra no te preocupes, porque los oirás sin cesar en muchos comercios e incluso por la calle. Los villancicos son una forma de recordar el nacimiento del niño Jesús, la llegada de los reyes magos o cualquier otro aspecto relacionado con la Navidad de una forma alegre y amena. Para acompañar, algo muy típico como la pandereta o la zambomba. Y que lo canten todos, porque los villancicos no tienen edad, sólo hace falta ponerle ganas. De casa en casa También es la época del aguinaldo, una costumbre que se pone en práctica en las zonas rurales pero que no hace muchos años era típico también en las ciudades. Los niños salen a la calle para pedir a los vecinos el aguinaldo. Chocolate, pastas, chucherías, o una pequeña propina serán recibidos con mucho gusto por los pequeños. Todo depende de la solidaridad de cada uno, porque no siempre hay suerte. Es cuestión de probar y felicitar, de paso, las Navidades a nuestros vecinos.

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