Asesinato, y no homicidio

El delito se castiga como asesinato y no como homicidio (la defensa había solicitado esta segunda opción, para la que se contempla una pena menor) porque no se aprecia circunstancia alguna que elimine la concurrencia de alevosía, dado que los hechos 8 y 10 del objeto del veredicto -el ataque fue por sorpresa y no está probado que el autor estuviera influenciado por los efectos de alcohol o drogas- sostienen la consideración de esta circunstancia. No obstante, el Magistrado Presidente enuncia que se estudió la posibilidad de devolver el acta al jurado, ante la duda de que pudieran aparecer pronunciamientos contradictorios. Se descartó finalmente este supuesto y la última jornada siguió su curso. No concurre la atenuante de intoxicación por alcohol o drogas «porque el jurado, pese a que resultó parco en la motivación de sus conclusiones (...) considera que el lujo de detalles que proporcionó el acusado en sus primeras declaraciones, choca con un estado de intoxicación por mezcla de alcohol y hachís, como pretende la defensa». La sentencia entiende que los miembros del jurado, tras examinar en la deliberación las declaraciones de los policías citados a declarar como testigos «coincidieron en que ninguna presión ejercieron sobre el acusado».