Diario de León

| Reportaje | «Un leonés de lujo» |

«No decepcionemos a León»

Bajo la atenta mirada del rosetón de la Catedral y un sol aplastante, el poeta y ensayista bañezano Antonio Colinas pregonó las fiestas de San Juan y San Pedro

Publicado por
A. Calvo - león
León

Creado:

Actualizado:

«Aquí en la Catedral el tiempo dormirá en el astrolabio». Así, con los últimos versos de uno de sus poemas dedicados a la Pulchra Leonina, concluyó el pregón de fiestas Antonio Colinas. El poeta, traductor y ensayista bañezano resaltó su pasión por la tierra leonesa, por la capital y todas sus comarcas, y sobre todo, por los hombres y mujeres que la habitan. La pequeña sombra de la Catedral al mediodía no fue suficiente. Poco más de doscientos leoneses acudieron ayer a la plaza de Regla para escuchar el pregón del escritor leonés, a pesar de que después del acto se repartieron pinchos entre todos los asistentes. Las gradas que se habían colocado en la plaza estaban casi vacías y los leoneses que respondieron a la cita se arremolinaron en la escasa sombra para evitar los rayos del sol. Antonio Colinas enfiló la calle Ancha acompañado de parte de la corporación municipal. Los gigantes y los cabezudos encabezaban la comitiva. También estaban los dos nuevos miembros de este grupo, que con sus trajes recién estrenados y su cara lavada destacaban sobre los demás: La Pícara Justina y San Froilán, que tras el encuentro junto a la Catedral recorrieron algunas de las calles más significativas de la ciudad. Colinas resaltó en su discurso que todo León tiene «un noble regusto a pasado» y que por este motivo «nadie puede hablar de raíces delante de un leonés sin que éste se sienta orgulloso de las suyas». Sin embargo, partiendo de la bases de esas raíces y de esta tradición, los leoneses «deben mirar al futuro, deben propagar la riqueza, la flexibilidad y la inteligencia al servicio del progreso». Un viaje en el tiempo Todo su discurso giró en torno a los valores de los leoneses y en el aprecio a la tierra, «un amor que surge cuando se cierra los ojos y, como si fuera un viaje en el tiempo, se puede ver lo esencial de la vida». Durante «la reflexión en voz alta» que ayer hizo este «leonés de la provincia», remarcó que «los años más decisivos, los del aprendizaje como escritor» aprendió a «contemplar la tierra y todos los escritores leoneses se han educado en este amor a León. Allá donde hemos ido -continuó- siempre hemos llevado por delante el noble nombre de esta tierra, el recuerdo de León y lo que León nos dio y lo que a León debemos». La capital leonesa es para Antonio Colinas un «friso y un mosaico en el que se unifica y resume todo lo que representan las comarcas». «En León ciudad se recuerdan todas las raíces, incluso las ya perdidas, con solo contemplar el Panteón de los Reyes de San Isidoro o las vidrieras de la Catedral», resaltó el escritor bañezano. Con los ojos cerrados, intentando imaginar lo que justo tenía detrás, Antonio Colinas cerró su pregón recitando uno de sus poemas, escrito hace más de 30 años y dedicado a la Catedral, con una esperanza: «No decepcionemos nunca a León, a la tierra».

tracking