El exceso de velocidad no es delito si no hay presencia física del agente

Los delitos derivados de la aplicación del nuevo Código Penal a las infracciones contra la seguridad del tráfico exigen la presencia física de un agente de la Guardia Civil o de la Policía Local para poder ser tenidas en cuenta a efectos judiciales, en tanto en cuanto la normativa exige la identificación fidedigna del conductor que pilote el vehículo en el momento de los hechos. Así lo ha advertido en las últimas horas el colectivo judicial, que considera que la entrada en vigor de la nueva legislación no va a suponer un incremento especialmente acentuado en los casos de juicios rápidos derivados de alcoholemias o excesos de velocidad: «Se ha creado un poco de alarmismo con esta ley y la verdad es que por alcoholemias y excesos de velocidad, va a ser difícil que un conductor resulte encarcelado, a no ser que arrastre antecedentes penales», señalaron fuentes oficiales consultadas por este periódico. A 210 kilómetros por hora «Básicamente, salvo en las autovías de la provincia, es difícil encontrar un caso de un vehículo que circule a más de 210 kilómetros por hora, y como quiera que las alcoholemias las practican los propios efectivos, ahí no habrá problema. Pero desde luego, las mediciones realizadas por radares fijos o móviles pueden dar problemas a efectos legales, porque se exige el pleno convencimiento de que el conductor denunciado era el responsable de la utilización del vehículo en el momento de los hechos y porque también se exige absoluta certeza de la correcta utilización de los cinemómetros, aunque en ese apartado habría menos problemas». Donde realmente empezarán a notarse los efectos de la nueva ley será en las penas derivadas de la conducción sin el carné correspondiente, que se considerará infracción grave y ese delito sí que puede conllevar sentencias de cárcel. En torno a la posibilidad de que los juicios rápidos puedan colapsar la vida judicial local, de momento no hay preocupación: «Todo va a seguir igual que antes prácticamente y no se va a notar nada en especial, la verdad. Es más la sensación que la realidad».