Otra lección para sacar el carné

Más de 2.700 personas murieron en 2007 en las carreteras y en un porcentaje de entre el 30 y el 50% de los casos el alcohol está implicado. Además, uno de cada 4 muertos en España en accidente de tráfico es menor de 25 años, cuando éstos tan sólo representan el 17% de los conductores. Detrás de estas frías cifras se encuentran personas muertas y familias destrozadas y, por ello, el Plan Municipal sobre Drogas de León ha puesto en marcha unos talleres de formación dirigidos a futuros conductores para concienciar desde el primer momento, desde que un joven coge por primera vez el coche, de los efectos y riesgos que implica conducir tras haber ingerido alcohol. Siete autoescuelas de la ciudad han acogido ya en esta campaña de verano a los técnicos del Plan Municipal sobre Drogas que, mediante explicaciones, actividades y vídeos, intentan mostrar los peligros a los que se expone una persona que bebe o consume otras drogas, como el cannabbis, y coge el coche. La iniciativa, que se puso en marcha en octubre, pretende llegar a 20 autoescuelas de León durante la época estival, y «tiene como principal objetivo proporcionar una formación complementaria y muy necesaria a los futuros conductores, grupo gancho de especial importancia», explica Elena Cabezas, trabajadora social en el Plan Municipal sobre Drogas. La campaña ofrece a las autoescuelas de la provincia la posibilidad de informar y sensibilizar a sus alumnos, de manera muy práctica y focalizada, de las consecuencias que acarrea combinar el alcohol y la conducción, ante lo que «los responsables de las autoescuelas están encantados porque es un tema que no saben trabajar tan en profundidad y tiene un nivel de importancia tan alto o más que cualquier otro de los impartidos en las clases teóricas», afirma Cabezas. Las clases, de hora y media de duración, combinan teoría y práctica y promueven la participación activa entre los alumnos, que en su mayoría tienen en torno a los 18 y 21 años. En cada taller se realiza una exposición teórica en la que se explica qué es el alcohol y el cannabis ?incluido éste último de manera más superficial en el programa?, así como sus efectos, tras lo que los estudiantes tienen la oportunidad de observarlo por ellos mismos a través de distintos vídeos que reflejan las consecuencias que tiene el alcohol al volante. Además, completan esta formación con diversas actividades de debate y proyección a la realidad pues, «las campañas publicitarias están muy bien pero hay que complementarlas con una formación y una sensibilización más local para que realmente surtan efecto y para conseguir así una concienciación realmente eficaz», explica Paula Mª Rueda González, trabajadora social también en el Plan Municipal de León. «Lo más importante es que tengan la conciencia de que no van a arriesgar», añade cuando se refiere a los objetivos perseguidos en los talleres, y es que, con esta formación complementaria, los alumnos aprenden sobre todo a percibir y asumir el riesgo que implica conducir bajo los efectos del alcohol y, por lo tanto, lo rechazan. Otro asunto de vital importancia en la formación es promover alternativas seguras a la conducción, como el conductor alternativo o la utilización de los transportes públicos, opciones que proponen los propios alumnos en una lluvia de ideas. Asimismo, en cada curso se informa también de la nueva legislación vigente, que contempla hasta penas de cárcel cuando el conductor supera 1,2gramos de alcohol por litro en sangre y, por supuesto, de las tasas máximas permitidas (0,5gr/l. en sangre o 0,25 mg/l. en aire espirado). Los técnicos del Plan Municipal sobre Drogas tocan todos los aspectos relevantes respecto a la explosiva combinación de alcohol y conducción e insisten en que no sólo el que bebe se expone al peligro, sino que pone en peligro la vida de los demás.