¿Una inauguración precipitada?
Un nueve de septiembre del 2002, el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, visitó León con el propósito de inaugurar la primera fase de la ronda Sur. Así lo hizo, cortó la cinta y puso en servicio la carretera de circunvalación. Pero sus prisas por estar en aquella foto dejaron a los leoneses una infraestructura a medio hacer. Los taludes eran inestables y el firme abría grietas al paso de los coches. Hoy, la LE-30 en sus cuatro primeros kilómetros arrastra las consecuencias del márketing mal concebido.