Reportaje | maría jesús muñiz
El bien, la felicidad y el dinero
El empresario David Álvarez recibe hoy la Medalla de Oro de la Ciudad de León. Aquel negocio que surgió de una escoba mantiene ya a más de 65.000 familias
David Álvarez, con uno de los niños del colegio Peñacorada.
David Álvarez habla de negocio, de dinero, pero sobre todo de esfuerzo, de ilusión. Y siempre de fe. El emprendedor de Crémenes, donde mantiene muy vivas sus raíces, ha levantado un imperio empresarial que abarca hoy una interminable lista de sectores de actividad. Un emporio en el que le acompañan seis de sus siete hijos, «colaboradores fieles y eficaces, trabajadores». Aquellas primeras dos limpiadoras que contrató al crear El Sol cuando era maestro en Bilbao se han convertido hoy en más de 65.000 familias en doce países, que dependen de las nóminas del Grupo Eulen. Y en cada uno de sus negocios busca la rentabilidad, pero también la ética. «Y como hacer el bien me da felicidad y dinero, pues sigo haciendo el bien».
La impresionante trayectoria empresarial de este leonés de 83 años, que busca permanentemente el desarrollo de su montaña y de su tierra (con sociedades como Neal o Valles del Esla, proyectos como San Glorio e iniciativas como el Colegio Internacional Peñacorada), será reconocida hoy oficialmente con la Medalla de Oro de la Ciudad de León, que se le entregará a las 12.00 horas en el antiguo consistorio.
El germen del Grupo Eulen fue una inversión de 8.000 pesetas en una empresa de limpieza. Hoy de la estructura empresarial dependen una gran empresa de limpieza, pero también de seguridad, trabajo temporal, teleasistencia, centros de día y residencias, ayuda a discapacitados, servicios escolares, de información o comerciales, mantenimiento, trabajos medioambientales, mensajería, gestión de documentos, jardinería, restauración colectiva, logística, telemárketing, las bodegas Vega Sicilia y los vinos Tokay,... Interminable lista.
Más allá de su actividad empresarial, el mecenazgo cultural forma parte importante de la actividad de Álvarez. Entre sus actividades más destacadas últimamente está su cargo como presidente del Instituto Bíblico Oriental, que ha traído a San Isidoro un museo que será clave para el futuro de la ciudad. Y su preocupación por el desarrollo de León se ha volcado también en la formación de jóvenes capaces de tomar el liderazgo empresarial y político de la provincia, a través de la creación del Colegio Peñacorada, que ahora ve salir a su primera promoción de alumnos y alumnas.