Diario de León

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La villa renueva el voto al son de la banda municipal

Los vecinos y la corporación municipal honraron a los fundadores del pueblo

La misa y el reparto de las almendras garrapiñadas es lo que queda de la tradición.

La misa y el reparto de las almendras garrapiñadas es lo que queda de la tradición.

Publicado por
Acacio Díaz | Sahagún
León

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«Ni está ni se le espera». La frase del general Sabino Fernández-Campo, secretario de la Casa del Rey el 23 de febrero de 1981, se puede aplicar al golpe de ritmo que imprimió ayer la Banda Municipal de Música de Sahagún a la Renovación del Voto de la Villa. Al final estuvo y agradó, al contrario de lo que sucedió en el golpe de Estado, y aún fue mayor el deleite que causó entre los vecinos porque nadie la esperaba.

La mañana en la que Sahagún honra a sus fundadores, los santos Facundo y Primitivo, comenzó temprano y parece que las notas en honor a Santa Cecilia, patrona de los músicos, sirvieron para levantar la niebla que cubría a primera hora la localidad. Los vecinos se mostraron curiosos por los sones que escuchaban ya antes de diirigirse al Ayuntamiento para, como manda la tradición, recoger a las autoridades locales. Una vez formada la comitiva, los presentes caminaron hasta la ermita de san Juan de Sahagún, donde se custodian las valiosas tallas de los fundadores, donde se celebró la misa. En el templo, el párroco, Genaro Barreales, recordó la importancia de los santos no sólo para la villa, sino también para la diócesis, de la que son patronos y, una vez finalizada la eucaristía y ya con el sol en el cielo, se procedió al tradicional reparto de almendras garrapiñadas, para todos los que se acercaron hasta la ermita.

La banda acompañó a la corporación municipal hasta el consistorio, momento en el que se dan por finalizados los actos en honor de los patronos. Sin embargo, la agrupación no se despidió de los facundinos y, en medio de la plaza Mayor, ofreció a los asistentes un bonito, rico y variado repertorio de obras, alargando así la jornada festiva y en homenaje a santa Cecilia. Agradecidos, los vecinos aplaudieron las obras interpretadas cuando los músicos se despidieron. Llegaba el momento de reunirse en la mesa, en el hostal Viatoris, donde celebraron juntos una comida de hermandad.

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