Diario de León

FERIA DEL AJO DE VEGUELLINA Otros productos que la completan

Con brillo y solera durante todo el año

Como ya ocurriera en el 2011, la feria contará con puestos de automoción.

Villares y Fresno representan a los ajos de León en la muestra.

Villares y Fresno representan a los ajos de León en la muestra.

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r. barrocal | león
León

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Es cierto que el ajo se ha convertido en el principal reclamo de los numerosos visitantes que cada 16 de julio visitan religiosamente Veguellina de Órbigo. Su calidad, pero sobre todo sus bondades culinarias, lo convierten en estrella por un día, aunque su brillo dura todo el año.

40 son los puestos fijos que venderán ristras en la presente edición, al menos hasta hoy esa es la cifra que maneja la organización, aunque —por la experiencia de años anteriores— a última hora suele sumarse más de un rezagado. Si el tiempo acompaña, las existencias se terminarán en pocas horas. El mercado quedará abierto a las 10.00 horas y sobre las 20.00 se procederá a la tradicional entrega de premios a las mejores ristras.

Pero si el ajo es el alma de este evento, el resto de puestos de venta, con la alimentación, el calzado, la ropa y la artesanía a la cabeza, la completan, fortalecen y convierten en todo un referente para el resto de ferias que se extienden por la geografía leonesa.

Pese al delicado momento que sufre la economía española, tanto los organizadores de la Feria Agroganadera y del Ajo de Veguellina de Órbigo como los propios vendedores, confían en igualar las ventas del año pasado.

Automoción

En la edición del 2011, como gran novedad, se sumaron también puestos de automoción y maquinaria agrícola aunque en menor medida. «Los de automóviles repiten seguro en esta ocasión, ya nos lo han confirmado, en cuanto a la maquinaria todavía no sabemos», aclaran los organizadores de la feria. «Este año, sin embargo, no habrá grandes incorporaciones, pero sí una mayor calidad».

Gastronomía

Quienes visiten el municipio estos días podrán disfrutar, además del ajo, de una cuidada y selecta gastronomía autóctona. Al tratarse de una tierra ligada a la ganadería, dominan las carnes de la matanza, las legumbres y las hortalizas.

Sin embargo, el río Órbigo, paraíso de pescadores, regala otro de los platos típicos más valorados por propios y extraños, las sopas de trucha. La base del plato es la sopa de ajo, cocinada con ajo, pimentón, pan (preferiblemente de hogaza), sal y aceite.

A ella se añade la trucha troceada o desmigada, enriqueciéndola considerablemente, y convirtiéndola en un plato mucho más denso y consistente que la sopa original.

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