Pinceladas de motivación

Una vez más ha quedado demostrado que los límites están en la mente y que dentro de la discapacidad afloran diferentes capacidades. Prueba de ello es José Luis Mora, un artista madrileño de 23 años que nació con una enfermedad congénita —que le hace depender de una camilla con ruedas— y que ha encontrado en la pintura una fuente de motivación y superación. ‘Una mirada diferente’ es precisamente el título de la exposición de cuadros de este joven que desde ayer luce en la Sala Espadaña del Ayuntamiento de San Justo. Una apuesta por acercar la discapacidad a través de arte que se enmarca dentro de la semana cultural.

Mora fue el primer niño becado por la Asociación alemana de Pintores de Boca y Pie que a día de hoy le permite seguir recibiendo clases en su casa para ir mejorando en este campo. Además es un conocido de las exposiciones y ya ha exhibido su saber hacer en diferentes puntos de España y Portugal.

Lo que empezó para dar una salida profesional a este joven ha terminado por convertirse en una terapia y en un ejemplo para otras personas. «La pintura es una forma de expresarme, de mejorar, de probar otras cosas...», confesó con una sonrisa el artista. «Yo no puedo caminar, pero si pintar, siempre hay que tener expectativas», aseguró Mora, que defendió que «también desde la discapacidad se puede hacer cultura». Algo que nadie duda en San Justo de la Vega, pues el pueblo se ha volcado en la organización y vigilancia de la muestra, que permanecerá hasta el día 10 de agosto. De hecho, la franja de edad de los voluntarios oscila entre los 13 y los 84 años.

«Pintar con la boca requiere mucha precisión y práctica», explicó el pintor que ayer compartió la mesa inaugural de la exposición con la impulsora de la misma, Victoria Miguélez y con los artistas leoneses, Tomás Bañuelos y Sendo.

«Sensibilidad y discapacidad viajarán muy lejos de la mano de los peregrinos», subrayó la promotora de la iniciativa, que aseguró que «la obra de José Luis nos permite hacer una reflexión sobre donde están los límites». Además, Miguelez agradeció la implicación de la familia del pintor y de los vecinos y deseó que «todos estos esfuerzos nos sirvan para ampliar el vocabulario emocional».

Sorprendidos por la obra de este joven también se mostraron Bañuelos y Sendo García. «Trabajar desde esta sensibilidad es trabajar por la libertad», reconoció Tomás, que animó a Mora a seguir utilizando la pintura como un motor para viajar y le auguró un buen futuro. «Lo más interesante está por venir», confirmó.

Sendo cerró la mesa dedicando una reflexión al chico madrileño. «José Luis describe emociones y las refleja», apuntó el escultor, que aseguró que el resultado de pintar con la boca «es más directo y fresco». «Estamos ante un gran artista», explicó Sendo.