LA CRISIS DE LA MINERÍA
La Vasco advierte de que la orden será ineficaz si no se incentiva el consumo
La sociedad señala que la continuidad pasa por «entregas a unos precios razonables».
La empresa ha mantenido su programa de invesiones pese a las dificultades económicas.
La orden que regula el mecanismo por capacidad, que el sector lleva esperando desde finales del año pasado y que aún está pendiente del informe de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia y la aprobación por la Comisión Europea, será en todo caso ineficaz si el consumo de carbón nacional no recibe incentivos que le permitan competir con el mineral internacional, cuyos precios se encuentran en mínimos. Las empresas eléctricas no comprarán carbón a las mineras nacionales si no lo hacen a precios que les permitan ser competitivas en el pool de generación; y las empresas del carbón, pese a las rebajas que han realizado (un 10% en sus precios en el caso de la Hullera Vasco Leonesa), no pueden vender a los precios que les exige este mercado.
Este fue uno de los aspectos del escenario que ayer se planteó en la junta general de accionistas de la Vasco, que insiste en que la bonificación del ‘céntimo verde’ (rechazada por el Gobierno) permitiría competir al carbón nacional, y además facilitaría llegar a acuerdos de compra de forma inmediata.
La dirección de la Hullera explicó ayer a los accionistas la sucesión de acontecimientos que han llevado a la empresa al concurso de acreedores, y denunció los reiterados incumplimientos de los distintos acuerdos alcanzados en los últimos años.
Incumplimientos que han llevado a que los ingresos de la compañía se hayan reducido a casi la mitad en los últimos cuatro años, una situación insostenible a pesar del fuerte proceso de contención de gasto, incluida la rebaja salarial que aceptaron los trabajadores.
La Vasco insiste en su voluntad de mantener la actividad, pero resolver su situación concursal (suma una deuda que supera los 50 millones de euros) tiene que contar necesariamente con vender carbón a unos precios que le permitan la rentabilidad.
De momento el año pasado la empresa sólo entegó 453.00 toneladas, la mitad de la cantidad que le había sido asignada; y la central térmica de La Robla, su principal cliente, únicamente adquirió un 7% de la cantidad que se había fijado.
Una situación que se ha visto empeorada en el actual ejercicio, lo que llevó a la empresa a paralizar la actividad y llevar a cabo un expediente de regulación de empleo (que se extendió a las contratas) para todos sus trabajadores.
Según explicó ayer la compañía, «el constante y elevado número de incertidumbres y retrasos» lastra «de forma muy severa» las cuentas de la sociedad.