Plantean reordenar el mercado a favor del comercio local y los vendedores

El equipo de Gobierno comenzará a trabajar de inmediato en la idea de reordenar y reorganizar el mercado semanal de los martes en beneficio del comercio local y de los propios vendedores ambulantes. Así lo explicó ayer el concejal del área, Manuel Ortiz, quien planteó que una vez finalizada la obra del Teatro Gullón se recuperará esa zona tradicional para ubicar los puestos. Además, se valora extender el mercado fundamentalmente por la calle Padre Redentoristas, para que los expositores de los martes estén un poco más separados, se facilite un mejor tránsito y no se tapen tanto los escaparates y rótulos de los comercios de la ciudad.

No obstante, la ubicación principal del mercado seguirá siendo la misma que hasta ahora, que se extiende por la plaza Mayor, la plaza Santocildes, la calle de Correos y la plaza de San Bartolomé. Con la medida, y al buscar más espacios, lo que se pretende es un resultado más holgado, que mejore el espacio, la visibilidad y el tránsito habilitando las zonas con más amplitud y seguridad.

Esta idea se valorará con los comerciantes y con los vendedores. «Hay que tener voluntad», explicó Ortiz, recalcando que ambos, los negocios locales y los vendedores ambulantes, «tienes que ser complementarios». El mercado de Astorga tiene una enorme tradición en la ciudad, actualmente cuenta con 77 puestos de perecederos y 110 de marroquinería y tejidos, y así continuará, pues los responsables si reiteraron que no se va a modificar su ubicación. «Se estudiará extenderlo una vez retiradas las vallas del teatro y después de que esa zona se ocupe de nuevo», manifestó el edil, que anunció que comenzará a madurarse esta propuesta «sin demora».

Aunque su puesta en marcha llevará su tiempo —mientras tanto la organización del mercado seguirá como hasta ahora— el Ayuntamiento espera poder poner en práctica la idea de cara a finales del verano. «Esta previsto que el Gullón quede libre entre julio y agosto», matizó el alcalde, Arsenio García, recordando que las obras obligaron a mover de ahí los puestos que se colocaban, así como a suprimir temporalmente esas plazas de la ORA. Una medida que agradeció a la empresa concesionaria «por su generosidad».