Diario de León

INCENDIO EN QUINTANA DEL CASTILLO

Desolación en La Cepeda donde el incendio ha devorado 2.000 hectáreas

La administración mantiene el nivel 2 en la zona, donde trabajan 430 efectivos para controlar el foco que sigue activo. Las llamas arrasan el hábitat del urogallo más meridional del mundo y acaba con la sierra de Quintana del Castillo

Labores de control del incendio que ha asolado un bosque de incalculable valor ecológico

Labores de control del incendio que ha asolado un bosque de incalculable valor ecológico

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A.G. VALENCIA | VILLARMERIEL
León

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La imagen desoladora, el sentimiento de impotencia y «¿la noche?, la noche un infierno», dice el pedáneo de Villarmediel, José Luis Melcón, que la madrugada del jueves vio como las llamas cada vez se aproximaban más a la localidad. «Se nos metían encima», confiesa, aún con cierta angustia, reconociendo que sólo ver tantos medios trabajando en la zona daba algo de tranquilidad. Al final no fue necesario desalojar ningún pueblo, aunque Quintana del Castillo y Palaciosmil estuvieron en jaque por la tarde, tras la reactivación de un foco que sigue asolando el terreno, y San Feliz de las Lavanderas también pasó su noche más larga la pasada madrugada. «La desolación es enorme», señaló Melcón, fijando la vista al frente donde de un lado al otro se ve la sierra del municipio completamente calcinada.

Muchos son los que no han pegado ojo, pendientes del foco que a última hora de ayer, según la información de la Junta, seguía activo a unos escasos 400 metros de Villarmediel. «Las noches son tensas y angustiosas», reconoció el alcalde de Quintana de Castillo, Emilio Cabezas, que ayer volvió a aplaudir la intervención de tantos medios aéreos y terrestres.

«En San Feliz hubo un momento durante la madrugada —la del jueves— que no se podía respirar del intenso humo», explican en la zona, que ponen el acento en la importancia de desbrozar los cortafuegos y limpiar los caminos y montes. «No es lógico que desde la administración digan que no hay trabajo; los fuegos se apagan en invierno», argumentaron, insistiendo en que lo único que calma es ver a los efectivos entrando en el incendio.

Ayer con las llamas aún activas y el nivel 2 de alerta —de un máximo de 3— eran 430 las personas que trabajan en la zona, donde el incendio ya se ha llevado por delante alrededor de 2.000 hectáreas. El operativo desplegado contó con diferentes efectivos de la Junta, el Ministerio de Medio Ambiente y la UME. A última hora intervenían diez técnicos de guardia, seis agentes medioambientales, 14 cuadrillas de tierra, diez cuadrillas helitransportadas, 11 bulldozers, cinco autobombas, una unidad móvil de meteorología, una unidad de apoyo logístico en emergencias de la Agencia de Protección Civil —Puesto de Mando Avanzado, donde coordinaban las laboreas— así como tres secciones de la UME. Además a lo largo del día se fueron sumando cuatro aviones anfibios, dos aviones de carga en tierra, ocho helicópteros de extinción y un helicóptero y un avión de coordinación.

El incendio seguía activo al cierre de esta edición pero el trabajo realizado permitió su contención dentro de un perímetro en cuyo mantenimiento y consolidación se están centrando ahora los esfuerzos.  A pesar de la existencia de puntos calientes en todo ese perímetro, se consiguió que el incendio no creciera superficialmente y que ninguna de las localidades cercanas se viera gravemente acechada de nuevo, aunque el foco se situaba a menos de 500 metros de Villarmeriel. «El viento es nuestro peor enemigo», comentó el alcalde y es que las extremas condiciones meteorológicas de los últimos días no juegan a favor y obligan a que todo el operativo, tanto el desplazado al incendio como el regional en su conjunto, se mantenga en especial atención y vigilancia.

Las llamas que campan por La Cepeda están provocando graves daños medioambientales y en el ecosistema, afectando a la fauna y a la flora. «Del robledal de Quintana ya nos podemos despedir», lamentó Cabezas, desconcertado también por el urogallo que podía avistarse en los montes de la comarca. En este sentido, SEO/BirdLife manifestó que el incendio se ha llevado por delante áreas de importante valor ecológico, donde hasta el momento sobrevivían las poblaciones de urogallo cantábrico más meridionales del mundo. La federación mostró su profunda preocupación ante los hechos, que ponen de manifiesto «las carencias en prevención y control de incendios forestales en Castilla y León», aseguraron, teniendo en cuenta además que se trata de un área de alto valor natural en la que hasta ahora se localizaban ejemplares de una especie catalogada en peligro de extinción. «Esta población de urogallo ya está afectada por un desarrollo eólico que ha sido paralizado por los tribunales a iniciativa de SEO/BirdLife», según explicaron en un comunicado, donde alertaban de que en la comarca limítrofe de Omaña se encuentran algunas de las mejores poblaciones de urogallo de la cordillera Cantábrica, pidiendo a la administración todos los medios a su alcance para extinguir definitivamente el fuego. Seo cree, también, que deben fomentarse unas condiciones adecuadas para el trabajo de las Brif y que, incluso estando en huelga, se han desplazado voluntariamente hasta el lugar para ayudar en las labores de extinción.

«Ahora parece que está más controlado», reconocía el alcalde hacia las 21.00 horas, aunque el humo no devuelve la tranquilidad a una comarca en vilo.

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