Diario de León

TRIBUNALES

La esposa del acusado de urdir un plan para matarla cree en la inocencia de su marido

Dos de los amantes del procesado reconocen que sabían que tenía relación con varias mujeres más

Aspecto de la sala de vistas de la Audiencia al inicio del juicio de ayer.

Aspecto de la sala de vistas de la Audiencia al inicio del juicio de ayer.

Publicado por
MIGUEL ÁNGEL ZAMORA | DESDE LA AUDIENCIA PROVINCIAL
León

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La esposa del acusado de tramar un plan para matarla y poder mantener una relación con una amante dominicana con la que tenía relación desde hacía cinco años ha sostenido esta mañana en la Audiencia su convicción de que su marido es inocente y que todo obedece a un chantaje para sacarle dinero.

"Yo sospechaba que tenía relaciones con otras mujeres pero nunca tuve la certeza. No se le habría pasado por la cabeza ni matarme no separarse de mí. La póliza de mi seguro tenía como beneficiaría a mi hija, no a él. Fui a verlo a prisión todas las veces que me permitieron. Me pidió perdón enseguida"

En el turno de testigos, dos de las consideradas amantes del procesado han reconocido que sabían que tenía relación con varias mujeres más.

«Yo me enteré de que estaba también con una rumana. Quedé con ella y concertamos una cita los tres. Cuando nos vio a las dos se puso nervioso y luego nos amenazó con un cuchillo. Por eso lo dejamos pero luego hemos vuelto varias veces».

La sesión de ayer

«Hablando en plata, esto parece de película. Yo no había visto una cosa igual en la vida». El agente del Cuerpo Nacional de Policía que practicó la detención, resumió de modo conciso las casi cuatro horas de la sesión del juicio que tuvo lugar ayer en la Audiencia Provincial contra un vecino de Villadangos acusado de urdir un plan para asesinar a su mujer con el objetivo de dar vía libre a su relación con una dominicana. Se expone a trece años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa.

La fiscal y los agentes policiales consideran probado que el imputado contrató los servicios de tres sicarios sudamericanos para que acabaran con su esposa. Les ofreció hasta 20.000 euros a cambio de que su cónyuge fuera asesinada y que pareciese que había sido víctima de un robo violento. «En realidad no iban a matarla, sólo querían darle el palo a él, como se dice en el argot», explicó el agente. «Nunca pensamos en matarla», reconocieron en sala los aludidos, que declararon como testigos protegidos.

Tras recibir un primer anticipo de 3.000 euros, los dominicanos y el acusado fijaron la fecha del 13 de agosto para cometer el crimen. Cuando el procesado se dio cuenta de que su mujer seguía viva, les llamó. «¿Qué pasa con la partida de dominó?» les preguntó. «Ha habido problemas, tenemos que vernos», le contestaron. La conversación está grabada por la Policía. Los agentes habían sido alertados del plan por uno de los sicarios, que hacía funciones de confidente para ellos. Había sido agente policial en su país y ahora estaba en España en paro. No aclaró, sin embargo, qué destino pensaban darle al dinero que ya había entregado por adelantado el sospechoso.

«Quedamos en la gasolinera de Villadangos porque me exigían 8.000 euros más para no contarle a mi mujer que yo tenía una relación paralela», argumentó el acusado. «Nunca les ordené matar a mi mujer. Son ellos los que sabían que yo tenía una amante y me dijeron que si no quería que mi esposa se enterara, tenía que pagarles. Pero nunca se me pasó por la cabeza darles más dinero». Contrastó la aseveración con el hecho de que, tras la detención, bajo el asiento de su coche hubiera 10.000 euros preparados en fajos de 50.

«Mi matrimonio era excelente, con la otra solamente me veía una vez al mes y después de que lo he contado en casa, mi esposa me ha perdonado», aseguró el procesado. «Tenía el móvil lleno de fotos de otras mujeres. Solamente había una de su esposa», contrapuso uno de los agentes de la Policía Nacional.

Un seguro de vida

Poco antes de los hechos, el imputado había aconsejado a su cónyuge suscribir un seguro de vida por valor de 90.000 euros. No le dio demasiada importancia a ese extremo la fiscal. Sí se fijó más en un detalle: «¿Por qué sabían los dominicanos que para meter la marcha atrás en el coche de su esposa había que tirar de una anilla para arriba?» Sostiene el Ministerio Público que el procesado y los sudamericanos habían estado comprobando el funcionamiento de los vehículos de la familia para que todo estuviese listo a la hora de ejecutar el plan. Incluso les facilitó fotos para identificar a la víctima.

«Mi mujer me cree. Me dijo una vez: ‘Si tú hubieras querido matarme, podías haberme tirado al canal del Páramo cuando salimos a pasear por el campo’. Y yo no solamente no lo he intentado nunca si no que una vez le curé un uñero que se le había hecho».

La Policía registró un encuentro en el Parque de Quevedo entre el acusado y los sicarios en el que fue fotografiado entregándoles algo junto a un coche. «Nos metió mucha prisa para que acabáramos el trabajo porque dijo que, si no, sabía quien podía ponerle una bomba en el coche a su mujer», explicó otro de los testigos protegidos. «Es verdad que le dijimos que si no nos daba el dinero íbamos a joderlo», señaló el mismo individuo.

La sesión sigue hoy a las 10.00 en la Audiencia con los testimonios de la esposa del acusado y de la súbdita dominicana con la que mantenía la relación paralela. El programa contempla que el caso quede visto para sentencia esta misma mañana. 98 estudiantes de la Facultad de Derecho comprobaron ayer in situ lo surrealista que es a veces la vida.

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