Sorprendidas tres personas con dos ejemplares de rebeco cazados ilegalmente en la montaña de León

Efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha sorprendido, en dos operaciones diferentes, a tres personas que habían cazado de manera ilegal dos ejemplares de rebeco en la montaña leonesa. Según informaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno de León, estas intervenciones se produjeron en el Parque Natural de Babia y Luna y en los términos municipales de Cistierna y Argovejo.

Por un lado, el Seprona de Villablino tuvo conocimiento gracias a la colaboración ciudadana del abatimiento de una hembra de rebeco en los montes del lago de Babia y la Riera, en el municipio de Cabrillanes. Tras establecer un dispositivo de vigilancia y localización de los cazadores, la Guardia Civil sorprendió a dos personas, un cazador de Burgos y su acompañante, en posesión de una pieza de caza que no tenía colocado el precinto correspondiente, por lo que se procedió al decomiso e incautación del animal, el arma utilizada para su abatimiento así como su guía de pertenencia y un precinto de caza sin utilizar.

En otra intervención, efectivos del Seprona de León, en colaboración con efectivos del puesto de Riaño y un guarda de campo, sorprendieron a un cazador cuando acababa de abatir un ejemplar adulto de una hembra de rebeco entre los límites de los montes de Argovejo y Ocejo de la Peña. En el momento de la intervención, el cazador había cortado la cabeza del rebeco, para llevárselo como trofeo, dejando abandonado el resto del cuerpo en el campo. Al examinar la cabeza, se comprobó que no se había realizado adecuadamente el precintado obligatorio según la normativa vigente en materia de caza, y quedó intervenida.

Los dos hechos, fueron puestos en conocimiento del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León por incumplir la normativa vigente sobre el sistema de precintados de piezas de caza mayor en cotos privados de caza de Castilla y León. Estas actuaciones se están desarrollando en la campaña contra el furtivismo 2016, llevada a cabo por el Seprona de la Guardia Civil en coordinación con la Junta de Castilla y León y los agentes medioambientales en el marco de la 'Operación Vareto.

Las dos piezas fueron entregadas en depósito en el Servicio de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y el arma en la Intervención de Armas de la Guardia Civil de Villablino. Los hechos están tipificados en la Ley de caza 4/1996 de Castilla y León como graves, lo que es sancionable con cantidades que oscilan entre los 500 y los 5.000 euros y la retirada de la licencia de caza entre uno y tres años. La sanción también lleva aparejada la indemnización del valor del animal a favor del titular del aprovechamiento cinegético que en el caso del corzo macho sería de 6.174 euros por ejemplar.