Los vecinos aprenden a preparar la olla ferroviaria y limpian las locomotoras

J.M. Castro | Sabero

Seis kilos de alubias de la empresa Seprolesa, de Vidanes, tres kilos de costilla adobada de la Monta Oriental, pimentón, zanahoria, pimiento, puerro, cebolla, ajo, la correspondiente ración de chorizo y el ingrediente especial para su elaboración: el cariño y el mimo de los miembros de la asociación de ollas ferroviarias de Cistierna. Así empezó ayer el curso de la especialidad en las inmediaciones del Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León (MSM), de Sabero, que organizaba el acto como una actividad que ha dedicado durante todo el mes al Tren del Hullero.

A los actos asistieron los Alcaldes de Sabero, Francisco García, y La Ercina, Ignacio Robles.

A las diez de la mañana, un grupo de vecinos recibió las lecciones de los miembros de la Asociación de Ferroviarios San Fernando, de Cistierna. Después de una dos horas de cocción, los asistentes degustaron este típico y sabroso plato ferroviario.

También a primera hora, y a pesar de la fuerte helada de ayer, un grupo de voluntarios inició los primeros trabajos de limpieza de las viejas locomotoras de vapor ubicadas en la plaza de San Blas, en los anexos del MSM. La locomotora número 10, ‘El Esla’, construida en 1895, desde 1930 funcionó en la empresa minera HSA trasportando el carbón desde Vegamediana a la estación de FEVE de Cistierna. La número 4, ‘La Potes’, de caldera vertical, se construyó en 1891, siendo adquirida por HSA en 1892 y funcionó hasta 1962.

Por la tarde, el especialista Vicente de los Ríos impartió la conferencia ‘El ferrocarril de La Robla: Historia de un tren único’. El conocido popularmente como Tren Hullero, que no sólo transportaba la producción carbonífera de las cuencas mineras leonesas y palentinas a la siderurgia de Vizcaya, sino que, cubrió otras necesidades transportando áridos, madera, productos agrícolas, manufacturados, etcétera.