ABANICOS de color y vejigas
Llamas honra a la Vijanera cántabra
Los guirrios volvieron a correr en el alto Órbigo. MARCIANO PÉREZ
A.D.M. | Redacción
Amplios y coloridos abanicos y vejigazos a diestro y siniestro para rendir tributo a la hermandad entre la Asociación Guirrios y Madamas de Llamas de la ribera con la Asociación de Amigos de la Vijanera, del pueblo de Silió, en Cantabria, grupo que ha rescatado la tradición ancestral hasta conseguir su declaración como fiesta de Interés Turístico Nacional. Mascarada de invierno, se celebra el primer domingo de enero y encarna en el oso —hoy, animal que goza de protección— el mal, al que se captura y da muerte, como en muchas de los antruejos o antroidos más ancestrales. En un acto previo a correr el antruejo, la Asociación Cultural Guirrios y Madamas, organizadora de los actos, en colaboración con el Ayuntamiento de Llamas de la Ribera, nombró Guirrio de Honor a la Vijanera, con presencia del diputado del Partido Judicial de Astorga, José Miguel Nieto. Los de Silió acudieron con su vestimenta de mascarada.
Ya en plena celebración, toros, enanos y gomios rivalizan en fealdad entre cuernos y huesos, mientras sobresalen los altos y coloridos abanicos de los guirrios, personaje burlesco y ritual. Madamas y madamos se ponen el baile. Tenazas y vejigas acosan al espectador —más a ellas que a ellos— y la lluvia de la lluvia de ceniza se salvan los que menos se acercan al rito.
La celebración termina con los dulces tradicionales: frisuelos, orejas, borrachines, torrijas, flores de y roscas, acompañados por el tradicional chocolate. El sábado se celebró un filandón con presencia de la mascarada cántabra.
Un gomio se acerca al público. MARCIANO PÉREZ