Diario de León

carnaval reivindicativo

«Quitaos la careta del día a día y vestíos de fiesta»

Julián León, uno de los impulsores de La Piñata, pregona, junto a sus compañeros de Los Maragatos, la mascarada que se viste de taquilla, de revisor y billetes para reclamar que el tren se queda en la ciudad.

La Piñata, pregonada por Julián León, da rienda suelta a la imaginación en un desfile multitudinario por las calles de Astorga. JESÚS F. SALVADORES

La Piñata, pregonada por Julián León, da rienda suelta a la imaginación en un desfile multitudinario por las calles de Astorga. JESÚS F. SALVADORES

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a.g. valencia | astorga

Ahora sí. Justo cuando los maragatos tocaban la una en el reloj del Ayuntamiento, otros maragatos — éstos los impulsores de la fiesta— salían al balcón para arropar a Julián León en su discurso inaugural de La Piñata. Reivindicativo y festivo a partes iguales este carnavalero astorgano, de esos que hace nada menos que 36 años puso en marcha la mascarada en plena Cuaresma, se vistió junto a sus compañeros de revisor y detrás de una taquilla de estación de tren pronunció sus palabras para festejar el inicio de la cita y para reivindicar que este servicio se queda. Por eso dejó a todos los presentes «su billete para la fiesta» y les animó a «quitarse la careta de diario, a vestirse de fiesta y a vestirse de ellos mismos, de lo que en realidad son, de lo que les gustaría ser y de todo lo contrario».

El pregonero repasó el nacimiento de la mascarada en la ciudad, de la mano de aquel grupo de Los Maragatos que consiguieron que «Astorga dejara de estar triste». Julián León explicó como la localidad se llenó de alegría en aquella primera Piñata. «Fue un éxito clamoroso y la ciudad se inundó con una riada incontenible de colorido», dijo, recordando que la fiesta «siempre ha gozado de tan buen salud que nunca se ha tenido que suspender pese a que algún malintencionado lo intentó». Para cerrar su discurso, el pregonero aseguró que su único bagaje para dar el pregón es el de haber formado parte de Los Maragatos «y ahora me toca en su nombre daros las gracias por todo el apoyo que siempre nos disteis desde el principio y que ha servido para consolidar esta criatura, llenos de satisfacción y atónitos por el esplendor que ha alcanzado nuestro sábado de Piñata».

Y así con el billete de salida en la mano, con las ganas a flor de piel, con la taquilla preparada y con el disfraz más que a punto, por la tarde salió la gran comitiva carnavalera, formada por alrededor de 2.000 personas que bailaron y rieron al ritmo de la Piñata. Puntuales, no faltaron grupos de la ciudad ni de otras localidades cercanas. Los trajes que llevan horas y horas de trabajo y simpáticos carnavaleros que casi están aprendiendo a dar sus primeros pasos. Los duendes, las hadas, las flores, los héroes o grupos ataviados de otras culturas dejaron su huella en la capital maragata, esa que atesora los carnavales que cierran el calendario festivo en la provincia. Ya se sabe, una tregua en plena Cuaresma.

Las charangas, las carrozas y los equipos musicales pusieron la banda sonora a la tarde que terminó en la plaza Mayor. Ahí, justo donde por la mañana también se dio el pistoletazo oficial a la Piñata, se entregaron los premios a las mejores agrupaciones participantes.

El plan sigue

Hoy será el turno del tren de los antruejos y de la historia. Pasado el mediodía, a las 12.30 horas, ocho agrupaciones de mascaradas ancestrales, llegadas de la provincia, de Salamanca y de la vecina Galicia, desplegarán sus tradiciones en un recorrido único por la ciudad. Al finalizar habrá una explicación de cada uno de los grupos que mantienen estas viejas costumbres. Por la noche, la quema de la Piñata despedirá la fiesta.

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