Muñoz no controla sus emociones, no razona y estalla de forma agresiva

En la sesión de ayer prestaron declaración los dos peritos de parte contratados por la defensa para evaluar psicológicamente al acusado. Los doctores José

Cabrera Forneiro y Alfonso Garrido Martínez confirmaron que tras dos exámenes realizados en la cárcel a Muñoz Blas, estudiar los informes y analizar su curva de vida, concluyen que el acusado padece un trastorno límite de la personalidad, lo que le impide controlar sus emociones y le hace ser impulsivo, sin mediación del razonamiento. «No es un psicótico, ni delira y puede tener una apariencia normal», explicó el prestigioso doctor Cabrera.

Además, los especialista también diagnostican un trastorno explosivo intermitente, lo que provoca que ante un estímulo mínimo estalle de forma agresiva, algo que según relataron sus familiares a los especialistas «ha experimentado durante toda su vida». De hecho, los doctores apuntan que según su testimonio, Miguel Ángel Muñoz presenta «una vida cargada de conductas anómalas, que siempre le han mantenido al margen del sistema, e incluso luchando contra el propio sistema».

Sobre el cambio de versión del acusado, en el que primero se inculpa y luego niega su autoría, Cabrera explica que «la mentira es algo muy típico en enfermos de este tipo». En este sentido apunta que el estrés propio de la detención pudo hacer que cambiara su versión, o que «pudo confesarse culpable por puro narcisismo, al sentir ser el epicentro de las noticias en ese momento».

Lo que para los médicos no hay duda es de que «si hizo lo que hizo fue a causa de una explosión brutal de agresividad a juzgar de como dejó el cuerpo de la víctima».