Diario de León

LEÓN ■ LA LUCHA CONTRA EL FUEGO

La BRIF prevé fuegos «más agresivos»

Los brigadistas, inmersos ahora en labores preventivas, vaticinan una campaña dura por el comportamiento de los siniestros Encaran el cuarto verano de movilizaciones para conseguir mejoras laborales

Los efectivos trabajan abriendo fajas de 30 metros a ambos lados de los caminos. DL/ BRIFTABUYO

Los efectivos trabajan abriendo fajas de 30 metros a ambos lados de los caminos. DL/ BRIFTABUYO

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

a.g. valencia | astorga

‘Los incendios se apagan en invierno’, la frase, que se repite como un mantra, pone de relieve la importancia de las labores preventivas en las que ahora están inmersos los efectivos de las brigadas de refuerzo contra incendios forestales (BRIF) de la base de Tabuyo del Monte. Los brigadistas trabajan en los montes de Castrocontrigo, donde están abordando la construcción de fajas auxiliares de 30 metros a ambos lados de los caminos y aprovechando la red de pistas para reducir la vegetación y minimizar el impacto de las llamas sobre el terreno. «Así se crea una zona de oportunidad para atajar un fuego», confiesan, conscientes de que estas tareas «preparan el terreno para lo que pueda ocurrir».

En esta campaña de labores preventivas, que comenzó el pasado 15 de octubre y que terminará el 31 de mayo —con un parón entre diciembre y enero en el que los brigadistas se van al paro— los efectivos de Tabuyo también han centrado sus esfuerzos en Nogarejas, donde han aplicado otro tipo de tratamientos silvícolas, centrados en el pinar donde se ha desbrozado el matorral y se han clareado y podado varias zonas. El objetivo sigue siendo el mismo: paliar los efectos de las llamas, reduciendo el combustible natural para que los incendios no se propaguen tan deprisa.

Los efectivos, que pisan terreno a diario, tienen una cosa clara: «el monte no está ni limpio ni sucio», dicen, desmintiendo una idea muy asentada en la población, «el monte crece naturalmente y ahora que no se aprovecha como hace años, el monte está más o menos cuidado, eso sí», reiteran.

Las BRIF desarrollaran estas labores con consentimiento de la Junta, a donde llegan las peticiones de los agentes medioambientales o de las juntas vecinales y ayuntamientos. «Sólo podemos actuar en labores preventivas en montes públicos o de utilidad común», explican.

Las BRIF cuentan también con compañeros Eprif, centrados en la prevención integral de los incendios forestales como servicios de apoyo para la ejecución de quemas prescritas. En total hay 18 equipos en toda España, uno de ellos en la base de Tabuyo. Ellos se encargan de planificar las quemas y la BRIF de ejecutarlas. «El objetivo común es la prevención, sirve de protección a masas arboladas y concilia intereses».

Todas estas tareas se centran en preparar la campaña y el mantra vuelve a sonar. ‘los fuegos se apagan en invierno’. Y más este año cuando se prevé una temporada complicada. «La sequía ha propiciado un déficit hídrico del 13% a nivel nacional, un porcentaje que se eleva hasta el 37% en el caso del Noroeste». Por eso, nada hace vaticinar un verano halagüeño. «Visto el comportamiento de los incendios en invierno, que han seguido patrones de los siniestros de la época estival, esperamos que los fuegos sigan esquemas mucho más agresivos». Lo dicen apoyados en los datos. Tirando de histórico, los veranos del 1994 o del 2012 «se parecen mucho climatológicamente a éste», subrayan.

«No hay que obviar el cambio climático», aseguran, «la estacionalidad está desapareciendo y lo que antes eran pautas normales están dejando de serlo». Como ejemplo ,el último incendio en la Tebaida berciana, un incendio de primavera con el comportamiento de un incendio de plena campaña. «La estacionalidad en los fuegos también tiende a desaparecer», matizan, mientras recuerdan que en la provincia, tradicionalmente, detrás de los fuegos está la mano del hombre «bien por negligencia o con intencionalidad».

Con este horizonte, las BRIF de toda España encaran su cuarta campaña inmersas en movilizaciones para conseguir las mejoras salariales y laborales que reclaman desde 2014. Tres veranos de encierros, una dura huelga indefinida y una marcha negra a Madrid, a la que sumarán este año más concentraciones y protestas «dada la lentitud de las negociaciones» con la empresa pública que les contrata y con el Gobierno.

Las reivindicaciones del colectivo se mantienen inamovibles: mejoras salariales, acordes a la peligrosidad del trabajo que realizan, el reconocimiento de la categoría de bombero forestal y la segunda actividad, un caballo de batalla que ya está afectando a algunos efectivos. «Hay compañeros a los que ya se les ha despedido porque no existe esta opción», denuncian desde la asociación de trabajadores BRIF (Atbrif). «Queremos dar un buen servicio, somos un cuerpo necesario para apagar incendios todo el año y queremos una disponibilidad bien articulada, redactada y remunerada». Son conscientes de esta también es una vía para profesionalizarse. «Queremos ser lo más útiles posibles».

Ellos que miran cara a cara al fuego, mantienen el pulso contra los incendios los 365 días del año y se ponen en primara línea no pierden la esperanza de conseguir las mejoras que reivindican. En el ánimo el tiempo hace mella, pero la esperanza sigue latente. Palabra de BRIF.

tracking