El impulso al regadío no sale adelante en mil hectáreas

a.g.v. | la bañeza

La Comunidad de Regantes de San Félix, Santibáñez de la Isla, las agrupaciones de regantes de Toral de Fondo y Toralino y la comunidad de la Presa de La Manga de Santibáñez y Santa María de la Isla sometieron recientemente a votación la modernización de los regadíos con un resultado desigual. Mientras que muchas sacaron adelante este impulso al campo, ni Toralino ni Santa María de la Isla respaldaron la medida. En total suman unas 2.000 hectáreas, de las que la mitad se quedarán sin modernizar, con la especial incidencia que, según apuntan algunas voces, la decisión puede tener en Santa María.

Y, es que según explicaron algunas personas que estaban a favor de que los regantes de la localidad dieran el visto bueno al impulso con las nuevas medidas para el regadío, el hecho de que no se haya aprobado puede traer consecuencias negativas. «Santa María de la Isla es la cola del embalse de Villameca y ante la modernización del Canal de Villares y de la Presa de la Manga de Santibáñez, Santa María se queda sin escorrentía y con la dotación que hay por hectárea no van a tener agua para sus cultivos», apuntaron, incidiendo también en que «como no haya medidas para que el campo sea atractivo la incorporación de jóvenes resulta muy complicada».

No obstante, las votaciones estuvieron ajustadas en otras comunidades de regantes, como en San Félix, a tenor de los datos, donde el apoyo a los nuevos regadíos salió por 21 votos a favor y 14 en contra o en La Manga, donde aún hubo mucha menos diferencia, con 41 a 40.

En otras zonas donde la modernización ya se ha aprobado y empezará a acometerse en breve, como en el Canal de Villares, se destaca como argumento a favor de los nuevos regadíos la reducción de los costes de producción, tanto en energía como en aplicación de fertilizantes y fitosanitarios dosificados en función de las necesidades del cultivo. Además, con la modernización se logra una mejora ambiental que evita sanciones en las ayudas de la PAC.

Otro de los factores a tener en cuenta es que se disminuyen las horas de trabajo y se mejora la calidad de vida del agricultor, que en la actualidad encuentra dificultades en gestionar su terreno, que le impide aumentar el tamaño de su explotación para ganar en rentabilidad.

También es cierto que para afrontar la modernización, los regantes tienen que hacer un desembolso por hectárea, aunque hay una parte cubierta por subvenciones y ayudas.