Diario de León

DESESPERACIÓN ENTRE LOS GANADEROS

Alertan de los ataques de lobo en las inmediaciones de los pueblos

Los cánidos matan doce terneros, un potro y cuatro perros en la montaña en lo que va de mes.

Restos del ternero devorado en las inmediaciones de Piedrafita de Babia. A.G.M.L.

Restos del ternero devorado en las inmediaciones de Piedrafita de Babia. A.G.M.L.

Publicado por
A. Domingo | Redacción
León

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La Asociación de Ganaderos de la Montaña de León ha puesto de manifiesto la impotencia que sufren de sus socios ante los ataques de lobo que están viviendo las explotaciones en intensivo este mes de mayo. «Si ahora que tenemos las vacas al lado del pueblo vamos a una baja por día, ¿qué pasará en dos semanas, cuando el ganado suba a los puertos?», se preguntan el presidente, vicepresidente y vocal de la directiva de la asociación, Arsenio Rodríguez, José Manuel Arias y David Llamazares, respectivamente, que contabilizaban ayer la muerte de doce reses de vacuno, un potro y cuatro perros que vigilaban el ganado. También tiene constancia de acometidas a rebaños de ovino, también con bajas mortales.

Según Rodríguez, sólo en ganaderías de la asociación, Omaña contabiliza tres bajas de terneros en Cirujales, otros tantos y un potro en Villabandín y dos jatos más en Arienza. Añade, que en la Montaña de Riaño, en Portilla de la Reina, el depredador acabó con un perro pastor, y cerca, en Puente Almuhey, la víctima fue otro ternero. A lo largo del mes, apuntó Arias, el cánido arrancó el rabo a una cría y causó heridas en el morro a su madre en Villablino, devoró a un perro de compañía que su dueña había dejado atado y mató antes de ayer a dos mastines en San Miguel de Laciana; además, los ataques han costado tres terneros en la vecina comarca de Babia: en Piedrafita de Babia, La Majúa y San Emiliano.

LAS COINCIDENCIAS

Los directivos de la asociación trasladaron la preocupación que existe entre los ganaderos asociados al haberse producido los ataques en la práctica totalidad de la montaña leonesa, cerca de los pueblos y con el ganado estaba acompañado de mastines con los que disuadir al carnívoro, excepto en un caso. La asociación considera que existe un exceso de población del cánido, que le obliga a acercarse a los pueblos en busca de alimento, reclama un control de los ejemplares, el pago de los daños y «un respaldo de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) a los ganaderos que tomamos medidas preventivas» para minimizar los daños que causa el lobo, señaló Arsenio Rodríguez, que apuntó que el próximo jueves se celebrará una reunión con responsables del Ministerio de Agricultura a los que plantearán esta propuesta.

«El problema del lobo es complejo y, lo peor, es que no se quiere atajar. Nos dicen que es algo impuesto por la Unión Europea, donde exterminaron la especie porque no supieron convivir. Y lo cierto es que nuestras explotaciones tienen que competir con las de Francia, Alemania, Holanda y otros países donde no sufren estas pérdidas», indicó Rodríguez.

Por su parte, Arias sostuvo que el seguro para ataques al ganado no compensa unas pérdidas «que sólo se cobran en las reservas de caza y los espacios naturales» y subrayó el círculo vicioso que han creado los últimos ataques: «para proteger los terneros los tenemos en los prados destinados a segar para silo para el invierno. Pero así lo único que hacemos es engordar el problema, porque si no tenemos hierba para esos meses la tendremos que comprar. Además, en Villablino sumamos los daños del lobo a los del oso, que no son tantos, pero alguno causa también».

«PAGAMOS SU CONSERVACIÓN»

Los ganaderos «no hablamos de eliminar al lobo, pero su conservación la estamos soportando siempre los mismos y sólo pedimos un poco de comprensión, que se nos escuche y adoptar medidas que hagan posible la convivencia de la ganadería, de la que dependen nuestras familias, y el lobo».

Para los ganaderos de montaña resulta un contrasentido «hablar de la España vacía y no abordar esta situación. Las administraciones nos dicen que el lobo no se toca y luego nos encontramos con situaciones como la decisión del Tribunal Superior de Justicia de suspensión cautelar de la caza como ha sucedido este año».

David Llamazares apuntó que el seguro contra los ataques «no cubre los animales heridos, que, por lo general, mueren» y destacó que en zonas de monte cerrado «tener ovejas cada vez es menos rentable. Aunque vayas con el rebaño, no lo ves».

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