Gordonzello celebra sus 25 años con una producción de un millón de botellas

La bodega Gordonzello de Gordoncillo celebrará durante todo el próximo 2020 sus 25 años de vida. El proyecto que surgió de prácticamente de la nada, más allá de la ilusión de todo un pueblo, hoy vende un millón de botellas al año, factura tres millones de euros y da empleo a unas 30 personas.

Así lo pusieron de manifiesto ayer los gestores de la bodega y el alcalde de Gordoncillo, Urbano Seco, durante un acto que tuvo lugar en la plaza de Botines de la capital leonesa en el marco de Festival Internacional León Vive la Magia, al que asistieron importantes personalidades de vida pública y política leonesa como el alcalde León, José Antonio Díez, o varios diputados provinciales, entre otros.

Según señaló Seco, «Gordonzello es un proyecto que tiene que ver con la tierra y con la recuperación de la vid, una planta que tras trabajarla y cuidarla da lugar al vino. El proyecto ha contribuido a la recuperación del mundo rural. Gordonzello ha sido eso. Genera riqueza a partir de la vid».

En un sentido similar se manifestó el gerente de Gordonzello, José Manuel Fernández, asegurando que «queremos transmitir un poco de esa ilusión que nosotros hemos mantenido y que nos ha permitido hacer que ese pequeño pueblo (Gordoncillo), casi perdido en el sur de la provincia hoy tenga un pequeño sitio en todo el mundo», en referencia a que los vinos que elabora la bodega llegan a todo el planeta.

Fernández hizo una exposición de la historia de Gordonzello, que oficialmente nació en 1995, pero años antes, en 1990 comenzó a gestarse el proyecto gracias a un grupo de gente que apostaron fuerte por aquella idea de recuperar el viñedo del municipio prácticamente perdido en aquel momento; en el marco de la concentración parcelaria que se desarrollaría en la zona.

Fue en ese 1995 cuando se constituyó la empresa Gordonzello S.A. que adoptó la forma jurídica de sociedad anónima al entender que era la mejor ya que las cooperativas estaban ya en decadencia y, además, le permitiría tener la propiedad de la tierra y, con ello, una mejor y más ágil gestión de todos los procesos.

Fue fundamental el apoyo institucional (Junta de Castilla y León y Diputación de León). En aquel 1995, los vecinos, exactamente 101, aportaron más de 500 fincas que sumaban 305 hectáreas. Y lo hicieron de forma gratuita a un proyecto que no era más que una idea. A cambio recibieron una participación en la empresa en forma de acciones. Ya en aquel momento la prensa se hizo eco de la magnitud de la iniciativa. Además, cada socio debió hacer una aportación económica de unas 70.000 pesetas (420 euros) por hectárea. En total, 21.000.000 de pesetas (126.000 euros), capital social con el que nació la S.A.

El 9 de mayo de 1996, día de san Gregorio (fiesta local), se plantó la primera vid de las 205 hectáreas actuales. La primera vendimia se hizo en 1999 y se elaboró el primer vino, ‘Inicio’, gracias al apoyo de otra bodega local, Villacezán. La primera piedra de la nueva bodega, con el apoyo financiero de Caja Rural de Zamora, se puso el día de san Isidro (15 de mayo) de 2002. Hoy la bodega tiene capacidad para elaborar tres millones de litros de vino al año y está realizando una ampliación de 2,3 millones de euros. Sus vinos de Prieto Picudo y Albarín llegan a todo el mundo: Peregrino, Gurdos, La Costana, Antojo, Kyra... ya tienen nombre propio.