Caboalles de Arriba
Arrancan en junio las obras del edificio polivalente y del voladero del urogallo
Ambos proyectos suman una inversión de más de 667.190 euros
Cinco son las actuaciones contempladas en la provincia de León que forman parte del Programa de Infraestructuras Turísticas en las Áreas Naturales (PITAN) de Castilla y León, que tiene como objetivo básico dotar a la Red de Espacios Naturales de nuevos equipamientos para el desarrollo de actividades.
Dentro de este ambicioso plan, capitaneado desde la Fundación Patrimonio Natural de la Junta de Castilla y León, hay dos proyectos cuya construcción, prevista inicialmente para este mes de mayo y suspendidos por el actual Estado de Alarma dictado por el coronavirus, se iniciarán definitivamente el próximo 8 de junio.
Se trata del Edificio Polivalente de Caboalles de Arriba, que cuenta con un presupuesto de 476.320,38 euros, y del voladero de urogallos, en la misma localidad, cuya construcción también comenzará el mes que viene gracias a una partida económica de 190.871,72 euros.
El Edificio Polivalente de Caboalles de Arriba (EPCA), se plantea como una construcción multifuncional que sea capaz de albergar distintas actividades al mismo tiempo, desde una perspectiva de construcción responsable y sostenible.
Situado junto al actual Centro del Urogallo, este nuevo edificio está concebido para acoger exposiciones, talleres, star-ups, reuniones, etc. Por ello, la compartimentación en su interior es mínima y se restringe a usos muy concretos que precisan de delimitación específica, como los aseos y un cuarto de instalaciones, así como una zona destinada a reunión de la Junta Vecinal.
La Junta pretende ejecutar este edificio con materiales renovables y con un bajo consumo energético de elaboración en sus procesos de fabricación. Por ello, el material principal elegido es la madera tecnológica, tanto para la configuración estructural como para la envolvente. El resto de materiales elegidos en el interior toman como referencias resinas con elaboraciones naturales, revestimientos de prensados de madera y materiales reciclados, tecnología LED para la iluminación y todo el equipamiento de bajo consumo.
Por su parte, el Voladero del Urogallo Cantábrico se plantea dentro del recinto del Centro del Urogallo, en la que, además, ya existen otras edificaciones: el edificio principal, el albergue, la bolera municipal y la cimentación de un edificio inacabado sobre la que proyecta levantar el edificio polivalente.
Entendiendo el conjunto de forma integral, las características orográficas y naturales ya disponibles marcan claramente la ubicación del voladero, que se emplaza en la esquina sureste del solar, donde la topografía es más pronunciada y la vegetación existente más abundante. Este aspecto adquiere gran importancia ya que se mantendrán los árboles existentes y se reutilizarán para completar el sistema de mástiles que soportarán la malla con la que se cubrirá el voladero.
El pequeño edificio se plantea como un mirador hacia el interior del voladero, pretendiendo ser la única frontera disponible entre el visitante y el urogallo. De esta forma la interacción entre ambos es mínima y se recrea adecuadamente un ecosistema artificial similar al espacio natural donde vive esta especie de ave galliforme.
La actuación planteada es la de una construcción que pase desapercibida en el conjunto de las edificaciones existentes, a caballo entre lo arquitectónico y lo paisajístico, dando todo el protagonismo al urogallo cantábrico. El visitante que pasea por el recinto se encuentra con una grieta abierta entre dos muros de mampuesto de piedra —colocado con el aparejo tradicional de la zona—, sobre los que destacan las copas de varios robles, la punta de algunos mástiles y una bóveda de malla.
La curiosidad que invita al visitante a adentrarse en la grieta, le conduce hasta un espacio semicircular cubierto, en el que se dispone un acristalamiento horizontal diáfano desde el que se pueden observar los ejemplares de urogallo cantábrico.