La sequía deja daños irreversibles y pérdidas millonarias en el campo pese a las últimas lluvias

Los embalses de la cuenca del Duero en León vuelven a ver aumentar sus reservas gracias a las precipitaciones de las últimas semanas . Esta vez, con un saldo positivo respecto a las salidas de agua. Después del descenso en las aportaciones registrado durante los meses de abril y mayo , que han llegado a ser un 70 por ciento menos que la media habitual, los pantanos se recuperan hasta ganar esta semana más de 11 hectómetros cúbicos.

La situación se presenta bien de cara al verano especialmente en Barrios de Luna y Villameca. Con reservas al 82% y al 87% respectivamente, se encuentran en mejores condiciones que el año pasado para afrontar la campaña de riego. Riaño y Porma, en cambio, aunque también han registrado aportaciones importantes con las últimas lluvias, apenas llegan al 70% de su capacidad, lejos de la media habitual y de los registros de la anterior campaña.

Pese a la mejoría de la situación hídrica, el campo leonés ha sufrido daños irreversibles . La Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) de León ha advertido que la lluvia caída durante esta primera quincena de junio «ha sido suficiente para esta época del año y en la mayoría de las zonas excesiva» y, «aunque han sido muy positiva, no ha evitado pérdidas millonarias en el campo de la provincia».

En su radiografía de la afección de la sequía en el campo, señalan que son lluvias «tardías» que «no han solucionado el problema de los cereales de invierno, de los que se espera una cosecha reducida a un tercio de la normal». En este sentido, la cosecha de colza tiene rendimientos inferiores al 50 por ciento, mientras que las vezas grano y proteaginosas, como los guisantes, quedarán en su mayor parte sin recolectar al no tener porte suficiente para poderlos recoger las cosechadoras. La campaña de forraje de veza y veza con cereal, ya finalizada también se ha reducido a un tercio de lo normal, con rendimientos de 1,3 toneladas por hectárea. Asimismo, una parte importante del girasol «se ha dejado de sembrar por falta de tempero» y en el sembrado hay pérdidas por mala nascencia y retraso en el ciclo al haberse sembrado tarde.

Las lluvias han ahorrado agua de riego y «han evitando que siguiera empeorando la situación de los embalses leoneses, al tiempo que han ayudado a la nascencia de cultivos en zonas de regadío no modernizado y han mejorado los pastos tanto en las zonas de montaña» como en el resto. Asaja insiste en que gracias a las lluvias ha habido también una «recuperación sustancial en la hierba de los prados de siega, aunque la cosecha se va a quedar en un 50 por ciento de una producción normal».

En cuanto a la agricultura de secano, las lluvias del mes de junio han favorecido al cultivo del girasol, por ser un cultivo de primavera y verano, al cultivo de garbanzos y al cultivo de la alfalfa, «permitiendo en este caso un segundo corte que puede llegar a ser abundante y de calidad».

Asaja explica que también ha «sido muy favorable» para cultivos leñosos como la viña, aunque las lluvias prolongadas en el tiempo ocasionen enfermedades que obligan a realizar tratamientos fitosanitarios. Sin embargo, el agua «ha provocado daños muy importantes en las cerezas que se encontraban en pleno auge de recolección».

En el caso de la agricultura de regadío, «es importante la evolución de los cultivos en los próximos meses y la disponibilidad de agua embalsada para riego».

La organizaciones agraria afirma que, en este aspecto, «es pronto para hablar de pérdidas», pero «el arranque de campaña no ha sido bueno» debido al retraso en las siembras, a que algunas fincas van a quedar sin sembrar, a daños por aguas torrenciales y pedrisco y a malas nascencias. «La climatología del mes de septiembre y la disponibilidad o no de agua en las primeras semanas de ese mes, será algo decisivo para conseguir buenas producciones», concluyeron.