Diario de León

Medio Ambiente

Los expertos advierten del peligroso aumento del turismo para avistar osos en León y Asturias

Piden extremar las precauciones y proteger zonas de celo y oseras para que las hembras con crías no se sientan acosadas

Una osa se muestra en actitud protectora con su osezno en una imagen captada en una zona osera de la Cordillera cantábrica.

Una osa se muestra en actitud protectora con su osezno en una imagen captada en una zona osera de la Cordillera cantábrica.V. Penteriani

León

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Cada vez es más habitual ver fotos o videos de osos en las redes sociales, contenidos que generan gran expectación entra la gente y que acumulan miles de visitas y de likes Pero los expertos piden prudencia ante este creciente interés por captar osos en su medio natural.

Vincenzo Penteriani, el conocido investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), y que concentra sus trabajos mayormente en el estudio del comportamiento de los osos en la Cordillera Cantábrica, advierte de que esta moda, que tiene un especial auge en las zonas oseras de León y de Asturias, supone una «seria amenaza» para la especie, «siempre y cuando esté mal entendida».

El investigador destaca que «hay muchas personas que observan ejemplares desde el respeto y con buenas cámaras que les permiten captar imágenes desde una distancia adecuada para no interferir en la vida de los osos». El problema está, según Penteriani, en que «otras muchas personas no respetan esa distancia y es cuando pueden causar problemas que alteren a las osas, que si se encuentran en celo, pueden ser agresivas». Pero no solo eso, el investigador incide que cuando una osa que acaba de parir se ve acosada, «puede abandonar la osera que la elegido para tener a sus crías, lo que pone en serio peligro a sus criaturas».

Y es que el grupo de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) ha publicado un estudio en la revista Animal Behaviour que confirma que las hembras de oso pardo, cuando están preñadas, escogen oseras cercanas a su área de apareamiento porque eso reduce el riesgo de infanticidio, fenómeno por el cual los machos matan a crías de su misma especie, cuando la hembra sale de la osera con la cría en la primavera del año siguiente. Estos resultados son importantes de cara a la conservación de esta especie, ya que la caza de los machos de oso pardo residentes en estas áreas y el abandono de las oseras por parte de las hembras ante la amenaza humana pueden afectar a la supervivencia de las crías.

En la investigación se recogieron datos de GPS de 43 osos marcados, 25 machos y 18 hembras, procedentes de poblaciones de Eslovaquia, Rumanía y Finlandia. De estos datos se analizaron, en el caso de las hembras, el área que frecuentan durante la época de apareamiento, la localización de la cueva en la que dan a luz a las crías y la zona que frecuentan tras el nacimiento, época en la que el riesgo de infanticidio es mayor. En el caso de los machos, observaron el área que frecuentan durante la época de apareamiento y la fidelidad a esta área al año siguiente.

«Los resultados confirman que las hembras con crías escogen permanecer en el área donde se aparearon y que los machos se mantienen en ellas durante el año siguiente a la cópula», declara Alejandra Zarzo, también investigadoradel MNCN. «Esto tiene importantes implicaciones de cara a la conservación de esta especie. Por un lado, si la presencia humana molesta a las hembras al salir de la osera con las crías, pueden llegar a abandonar la zona, incrementando el riesgo de encontrarse con un macho que no es el padre de estas crías. Por ello, es necesario establecer medidas para proteger las zonas de celo y las áreas cercanas a las oseras impidiendo la entrada de turistas, fotógrafos y otras perturbaciones humanas que hacen que estas hembras puedan tomar la decisión de moverse a otra área porque se sientan inseguras.

Este punto es muy importante en el caso de las poblaciones de la Cordillera Cantábrica, ya que cada año hay hembras que se alejan de las oseras por personas que se acercan demasiado a ellas», concluye la investigadora.

Una de las principales causas de muerte en crías es el infanticidio

En el estudio se pone de manifiesto como las hembras tratan de proteger a sus crías de los ataques de sus padres. «Una de las principales causas de mortalidad de las crías en los carnívoros es el infanticidio, por ello, este fenómeno tiene mucha influencia en su comportamiento», explica Penteriani. «En el caso de las hembras de oso pardo una de las estrategias evolutivas que han desarrollado para reducir el riesgo de infanticidio es copular con distintos machos, ya que aumenta las posibilidades de que, al cruzarse con uno de ellos, sea el padre de sus crías. Sin embargo, para que esto realmente funcione es necesario que tanto las hembras como los machos se encuentren cerca al año siguiente cuando la hembra salga de la osera con la cría, y esto es precisamente lo que quisimos comprobar en el estudio», señala el investigador.

Activos y bien alimentados

El investigador Vincenzo Penteriani ha defendido que el interés por los osos bien entendido, sin perseguir ni acosar a los ejemplares, puede ser algo positivo para las zonas oseras, pero avisa: «Este año los osos están más activos y más fuertes que nunca». Y es que el investigador destaca que «con esta especie de primavera que hemos tenido las semanas pasadas los osos ya están en activo, se están moviendo mucho más». Además, afirma que están muy fuertes y muy bien alimentados, ya que «este año los bosques han estado llenos de alimento para ellos, y han comido muchas avellanas, bellotas, hayucos y castañas, están gordos y enormes», advierte, por lo que pide extremar las precauciones para evitar encuentros no deseados.

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