Diario de León

Una paliza de 66 heridas acabó con la vida de la prostituta asesinada en Cembranos

El conocido leonés acusado de los hechos y la compañera de trabajo de la víctima se enfrentan a 20 años de cárcel

La vivienda en la que ocurrieron los hechos fue precintada. MARCIANO PÉREZ

León

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La joven prostituta asesinada en Cembranos en marzo de 2021 presentaba en su cuerpo hasta 66 heridas, fruto de la violencia con la que presuntamente se emplearon con ella los acusados de los hechos, un varón leonés hijo de una conocida familia de la capital y su novia, compañera de trabajo de la víctima, para quienes el Ministerio Fiscal propone una pena de 20 años de prisión procesados por asesinato.

De acuerdo al escrito de calificaciones provisionales, los hechos ocurrieron la tarde del 17 de marzo de aquel año. Ya por la mañana Sobre las 9:10 horas de la mañana, la víctima llamó desde su móvil a un taxista, para que fuera a recogerla a la localidad de Cembranos, y le mandó la ubicación, tras lo cual llegó sobre las 10:30 horas al domicilio, la llamó por teléfono y no lo cogió, por lo que se puso en contacto con el sospechoso, a quien conocía, y éste le contesto que se fuera, que no esperara a nadie, que ellas ya se irían como pudieran.

Sobre las 10.30 horas se activó la alarma de la vivienda, por lo que la central de la compañía se puso en contacto con el varón, a quien le pidieron la clave, se la facilitó, le informaron que la señal que les llegaba era de la puerta y que veían que se acaba de desconectar, le preguntaron si había sido un descuido y la llamada se cortó.

Final terrible

La víctima fue maniatada y su cabeza envuelta en mantas para que no gritase, pero se asfixió

La tarde de ese día 17 de marzo, antes de las 19.00 horas, abandonaron los tres la vivienda y se dirigieron en un coche del varón a un taller de Cembranos, donde el acusado, se bajó del vehículo para recoger un paquete, y quedaron dentro del vehículo, la otra acusada y la fallecida, que se enzarzaron en una discusión.

Pidió ayuda

Al volver al vehículo el investigado, la víctima llamó desde su móvil al 112, y solicitó presencia policial porque estaba siendo amenazada y agredida, pero la comunicación se cortó.

A continuación, volvieron los tres a casa del acusado. La fiscal entiende que en ese momento ya había intención de matar a la víctima y en el interior de la vivienda, fundamentalmente, en la rampa que conduce a la bodega, la agredieron, con tal brutalidad y con el designio de aumentar de forma totalmente innecesaria su sufrimiento, causándole tal cantidad de lesiones sin que ninguna de ellas por si sola y aisladamente considerada llegase a producirle la muerte y, sin que esta se causare de forma inmediata.

La autopsia al cadáver detalla hasta 66 heridas. Tenía rota la nariz de un puñetazo, numerosas contusiones en la cara, en la cabeza y en las extremidades así como en los pechos,

La defensa del procesado la encarna el bufete de abogados del mediático letrado Marcos García Montes, que aún no ha oficializado su escrito de conclusiones provisionales. Sí lo ha hecho la familia de la víctima, que reclama 95.000 euros de indemnización para la madre de la joven paraguaya asesinada y que se abonen los gastos del sepelio a la tía de la finada.

En el relato de los hechos probados, la acusación particular sostiene que la muerte se produjo por asfixia. Cuando los tres implicados llegaron a la puerta de la vivienda del varón, la víctima se negó a salir del vehículo, dado que no quería regresar a la vivienda, por lo que el procesado y su novia la cogieron, arrastrándola desde el vehículo hasta la puerta de la vivienda y, una vez dentro, comenzaron de nuevo a agredirla, momento durante el cual la otra muchacha le propinó un fuerte puñetazo que hizo que la después fallecida cayese al suelo y se diera un fuerte golpe, que la dejó medio inconsciente.

No colaboró

La Guardia Civil acudió a la zona de los hechos con la joven aún viva pero el varón les impidió pasar

Ante esa situación, la otra joven paraguaya fue a por unos rollos de cinta de embalaje que había en el pasillo, hacia la bodega y le enrolló las manos y las piernas entre sí, con la cinta adhesiva, así como la cabeza con la intención de que no pudiese hablar ni gritar.

A la hora de envolver el cuerpo con el cubre camas y, sobre todo, la cabeza, para evitar que la joven se moviese y pudiese dar algún que otro grito, ejercieron una fuerte presión en la cabeza para poder cubrirla de manera correcta y sujetarla con la cinta de embalaje, lo cual provocó que se produjera una asfixia mecánica por sofocación, que provocó la muerte de la muchacha, puesto que se impidió el aporte de oxígeno a las células y ello produjo su muerte.

De los relatos correlativos de los hechos presentados, no se deduce que alguno de los dos procesados en concreto fuese el autor material del asesinato, por lo que se estipula que los dos tienen en el mismo grado de responsabilidad penal y se solicita para los dos una pena de 20 años de prisión.

La discusión se inició en medio de un notable consumo de drogas y después de hacer un trío

De acuerdo al relato de los hechos que presenta la familia de la víctima, la discusión fatal que acabó con la vida de la fallecida se inició después de una notable ingesta de alcohol y drogas y tras haber practicado un trío los implicados en los hechos.

La víctima llamó al taxista porque le conocía y requirió de sus servicios porque no le gustaba la actitud que estaban empezando a mostrar hacia ella el varón y la otra joven paraguaya, compañera de trabajo en un club de alterne ubicado en Villalobar.

Sostiene la versión de la familia de la víctima que el taxista conocía al procesado y que le llamó a su móvil para ver qué ocurría pero que el investigado contestó con evasivas y le conminó a continuar con su actividad profesional del día.

En ese momento, la fallecida se percató de que no tenían intención de llevarla al club donde se hospedaba, por lo que airadamente comenzó a reprimir a la sospechosa que, para que se callase, le dio un puñetazo en la cara. En ese momento, la víctima pudo cogerle a la sospechosa el teléfono que le había arrebatado anteriormente y procedió a hacer una llamada al 112, sobre las 18.50 horas, solicitando la presencia policial porque estaba siendo agredida, cortándose la comunicación de manera repentina, debido a que la sospechosa, al percatarse de que la víctima había realizado la llamada, se lo volvió a arrebatar de forma violenta, tras lo cual le dio otro fuerte puñetazo, esta vez en la nariz, lo que provocó que empezase a sangrar por la misma.

Además, la Guardia Civil se personó en la zona de los hechos cuando supuestamente la joven aún estaba viva, pero el investigado les vetó el acceso. Tras maniatar a la víctima con la cinta de embalaje la procesada escuchó la llegada de los agentes, momento en el que el varón se acercó a la valla y manifestó que era el dueño de la finca y que estaba con una chica que se estaba duchando, que no la quería comprometer.

La Benemérita insistió en la necesidad de saber con quién estaba en ese domicilio y le requirieron para que los dejase pasar, a lo que el se opuso rotundamente.

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