La tormenta del lunes deja importantes daños en alubias, maíz y remolacha en Villavante
La lluvia, acompañada de granizo y fuertes vientos, apenas duró media hora, suficiente para afectar a los cultivos

Alubias desgranadas por la tormenta en Villavante. ANGELOPEZ
Pasadas unas horas, ayer comenzaron a verse los efectos de la impresionante tormenta de granizo, agua y viento que el lunes por la tarde cayó sobre algunas localidades leonesas. Seguramente el más afectado fue el campo del pueblo de Villavante, perteneciente al municipio de Santa Marina del Rey, donde alubias, maíz y, en menor medida, remolacha, se han visto seriamente afectados.
Así lo ponía de manifiesto el presidente de Asaja en León, Arsenio García, natural, precisamente de esta localidad del páramo leonés. «Fueron unos veinte minutos en los el agua, acompañada de granizo y, sobre todo, mucho viento, caía con fuerza terrible», comenta García.
Posiblemente el cultivo más afectado sean las alubias, por sus peculiares características y por el estado de sequía ya de la planta, en un momento final de su ciclo en el que los bolsos que contienen el grano apenas soportan cualquier golpe ya que se abren dejando caer el fruto al suelo. A ello contribuye también el momento en el que tuvo lugar la tormenta, a las cinco y media de la tarde, cuando la planta está especialmente seca tras haber estado al sol todo el día. Hay que recordar que la alubia no se puede arrancar a esas horas de la tarde, precisamente para que no se caiga el fruto, sino que se hace durante las primeras horas de la mañana cuando el fruto está húmedo por el rocío de la noche. En cambio, la tarde se aprovecha para su trillado porque es cuando mejor desgrana al estar más seca.
Otro de los cultivos afectados fue el maíz, especialmente los que sembraron más tarde y cuyo ciclo está aún más retrasado, con lo que la mazorca aún no está perfectamente formada y la planta es más sensible a la pérdida de las hojas.
Algo similar ocurre con la remolacha, donde la tormenta también dañó parte de sus hojas, lo que conlleva que la raíz no se desarrolle como corresponde y no consiga acumular el azúcar habitual.
Los daños concretos provocados por la tormenta se cuantificarán en los próximos días.

Plantas de maíz con la hojas rotas. ANGELOPEZ

Remolachas con las hojas agujereadas. ANGELOPEZ

Manzanas tras el paso de la tormenta. ANGELOPEZ