Bajo un arco de flores y en procesión
El sacerdote José Vicente revive sus 50 años en Lario
La iglesia se quedó pequeña para acoger a vecinos y familiares que acompañaron al sacerdote y vecino

José Vicente escucha uno de los momentos en que le cantan parte de su historia sacerdotal.
Lario se vuelca en la celebración de los 50 años de sacerdote de su vecino José Vicente Rodríguez García. Bajo un arco de flores, Vicente inició una caminata junto a cientos de vecinos con dirección a la iglesia de Lario. Tras salir de su casa, las mujeres le cantaron una canción en la que la letra recordaba diversos pasajes de estos 50 años de sacerdocio. A medio camino, una nueva parada volvía a dar la voz para seguir narrando otros episodios de su vida. A la entrada de la Iglesia, se recitó un último recuerdo de su vida religiosa para dar continuación a la misa.
Se ordenó sacerdote tras terminar sus estudios en el seminario de Toledo en 1974 y haber estudiado también en León. Estuvo 25 años por distintas parroquias de Toledo. Tras un periodo de capellán en el hospital de La Paz de Madrid comienza a trabajar con la asociación Mensajeros de La Paz. Posteriormente recorrió diversas parroquias en La Bañeza, León y Madrid, así como en distintos proyectos internacionales viajando por distintos países ayudando a la gente que sufre el impacto de la climatología o fenómenos naturales como terremotos.
Precisó, José Vicente, que cuando uno está fuera de España reconoce que "tenemos un país excepcional". "Una de las cosas que aprendí en mis viajes internacionales es que no tenemos derecho a quejarnos. Tenemos que valorar mucho más lo que tenemos", según Rodríguez, que destacó la gran solidaridad de los españoles, sobre todo "con respecto a los países de Hispanoamérica". "Hay una cercanía que se siente muy dentro y los españoles ayudan. Es algo que nos enorgullece".

La iglesia de Lario se queó pequeña.
Nunca estuvo de párroco en su pueblo de Lario, donde venía de vacaciones cuando las circunstancias se lo permitían. «Ahora que vivo en León, vengo con frecuencia y echo una mano». Destacó que hay mucha escasez de sacerdotes en esta montaña «después de haber tenido tantas vocaciones». Esta es la circunstancia por la que este tipo de actos o celebraciones son ocasionales y se convierten en un acontecimiento que recuerdan a otros años donde en muchas familias era habitual que alguno de sus hijos se dedicase a la vida religiosa.
Tras la misa en la que José Vicente estuvo acompañado por otros compañeros sacerdotes hubo una degustación de dulces y aperitivos para finalizar con una comida popular en el patio de las antiguas escuelas.
El mal tiempo impidió que se realizase la subida del mayo que había sido colocado el pasado sábado por los vecinos de Lario. Muchos recordaban el mayo de hace 50 años que a pesar del frío y de que estaba helado en la parte superior, un vecino fue capaz de subirlo.