Diario de León

La calle García Prieto recuerda al que fuera presidente del Gobierno

El poder de seducción astorgano

La calle García Prieto está equidistante de la catedral y la plaza Mayor

La calle García Prieto está equidistante de la catedral y la plaza Mayor

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Dentro del núcleo urbano más céntrico, a una prudente distancia entre esos dos símbolos que son la catedral y la plaza Mayor, se ubica esta calle que lleva en su rótulo el nombre de Manuel García Prieto, el destacado político astorgano que llegaría a ocupar la presidencia del Gobierno de España. Vamos a situar la arteria en el callejero. La calle parte de la vía que homenajea a don Marcelo Macías, presentando en su mano izquierda algunos solares vacíos, a la espera de vivir la previsible y gratificante edificación. En la acera opuesta, por el contrario, se suceden los establecimientos comerciales, intercalados entre casas de moderna y cuidada presencia. A destacar en el caserío alguna galería acristalada que aporta una nota de clase a esta arteria más bien estrecha, aunque muy frecuentada por un vecindario siempre atento a la eterna magia del callejeo. Llegando a su conclusión en la plaza de San Miguel, recordamos que anteriormente ostentó las denominaciones de calle Carretas, La Torre y calle La Redecilla. Y precisamente cuando aún era conocida por este último término, allá en los inicios del pasado siglo XX, tuvo lugar un descubrimiento que llevaría el nombre de Astorga a toda la prensa nacional. Efectivamente, se estaba realizando una obra en la calle de La Redecilla cuando apareció accidentalmente la bóveda del grandioso alcantarillado romano que cruzaba por debajo y al que tenían acometida las aguas fluviales. El hallazgo de las vetustas cloacas romanas, que serían estudiadas a lo largo del siglo por investigadores como Antonio G. del Campo y José María Luengo, sin duda entusiasmó a nuestro protagonista don Manuel García Prieto, nacido en Astorga el día 5 de noviembre de 1859. Era hijo de don Manuel Vicente García, retratado en las viejas crónicas del siglo XIX como «un esclarecido abogado que por espacio de muchos años ejerció con gran provecho la profesión en la capital maragata». Don Manuel Vicente compró una casa en el número 1 de la entonces bautizada como calle de la Rúa, hoy llamada de Pío Gullón, donde precisamente vino al mundo nuestro protagonista. También era propietario de otras fincas en el término de Astorga y, en definitiva, se trataba de un personaje con enorme peso social en aquella entrañable ciudad del pasado.

tracking