«La de chopo del país es buena madera»

-Me han dicho que si no es el único que hace varas para pendones poco le falta. -Estoy convencido de que hay alguien más que se dedica a esto, aunque sí es verdad que he hecho bastantes. -¿Cómo se le ocurrió meterse a fabricante de varas? -De chavales, siempre íbamos a la procesión de la Virgen del Castro. Como no había pendón en nuestro pueblo, teníamos que pedir que nos dejaran pujar. Entonces pensamos en hacer el pendón de Santa María de la Isla, en lo que intervino mi padre, que tenía conocimientos de carpintería. Una vez que teníamos el pendón, me pidieron una vara y luego otra. Se corrió la voz y llevo hechas treinta en alrededor de treinta años. -Aunque este oficio es afición, ¿cuánto tiempo le lleva fabricar la vara? -Al menos, cuatro o cinco días. Cuando empecé utilizaba un poste, del tipo de los de tendido eléctrico, o un árbol. Pero ahora utilizo tablas encoladas, hasta llegar a diez centímetros de grosor, que luego se redondean y se tallan unos canales. El problema es encontrar la madera. -¿Por qué razón? -Porque las varas son bastante grandes. En ocasiones, los pendones caen y se rompen, por lo que se busca una madera ligera y resistente. -¿Y cuál es la mejor de las maderas para las varas? -La de chopo del país es buena. -¿Y por qué pega tablas y ha dejado de lado los troncos? -Porque, si se hace bien, resiste más. Los nudos de los troncos dan problemas y, con las tablas, evitas que coincidan. -¿Qué altura alcanzan las varas? -Las más altas miden 1,70 metros y lo normal es que anden por los 10 o 10,5 metros. Influyen las telas, que antes era sobre todo de seda y ahora se ha introducido el poliester. Hubo un tiempo en el que se tendía a hacer los pendones cada vez más grandes y ahora parece que se vuelve a uno que se puje mejor, de unos diez metros de altura. -¿Se puede considerar como arte portar un pendón? -Es posible. No sólo se trata de fuerza, porque los hay que lo llevan mejor que otros más fuertes. La vara pesa unos veinticinco kilos y unos catorce el paño y el remo influye decisivamente, porque sólo una pequeña brisa te lleva, por lo que el encargado del remo debe estar pendiente de los movimientos del pendonista y de contrarrestar la fuerza del aire.